La esterilización de estos dispositivos, considerados de un solo uso, únicamente debe considerarse como último recurso en caso de inminente escasez y debe ser considerado por cada hospital individualmente, aplicando primero los criterios recomendados por el Ministerio de Sanidad en cuanto a uso extendido de mascarillas, uso de equipos de protección individual más allá de la vida útil designada por el fabricante y priorizar por el tipo de actividad.

"Lo deseable sería contar con una nota de los propios fabricantes indicando la mejor alternativa de reutilización, pero esto no existe. Tampoco hay una evidencia científica suficientemente contrastada, aunque sí hay revisiones de Agencias Públicas y algunas publicaciones que avalan algunos de los métodos (UV, peróxido, óxido de etileno...). Cada centro tendrá que realizar sus propias valoraciones de acuerdo a sus recursos y las fichas técnicas de los respiradores que quiera reprocesar", apunta la entidad científica.

La Sempsph subraya que ante un escenario de escasez de respiradores de partículas FFP2 y FFP3 por el avance de la pandemia de Covid-19 se podrían considerar una serie de métodos para su descontaminación.