En la misiva, Torra, después de hacer gala de que la Generalitat ha cumplido las recomendaciones de la ONU ante el coronavirus y de que el Gobierno español terminó llevando a la práctica su reivindicación de cierre total de la actividad económica no esencial, lamenta, "aunque nada me complacería más", no haber podido aplicar las indicaciones de la propia Bachelet.

La Alta Comisionada, según la cita la carta del presidente catalán, recomendó el 25 de marzo: "Ahora, más que nunca, los gobiernos deberían liberar a todas y cada una de las personas que están encarceladas sin suficiente base legal, incluyendo prisioneros políticos y otros detenidos”.

Aunque Torra admite que la Generalitat "tiene transferidas, en su integridad, las competencias en materia penitenciaria", explica que el 32 de marzo "el Tribunal Supremo, a través de un comunicado de prensa difundido a los distintos periodistas acreditados ante dicho órgano jurisdiccional, advirtió y amenazó a las autoridades penitenciarias catalanas de posibles consecuencias legales, de carácter penal, si acordaban permitir que, durante el tiempo que dure esta situación de alarma y pandemia, se permitiese que los presos clasificados en régimen del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario permaneciesen en sus domicilios en régimen de confinamiento".

El presidente catalán justifica explícitamente el referirse a los líderes independentistas como presos políticos: "Me permito el término presos políticos por dos razones: a) porque estoy convencido que lo son y, b) porque el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas así lo ha determinado en dos relevantes informes del año pasado, concretamente el 6/2019 y el 12/2019".

Además, como abogado dice estar "convencido" de que "mantenerles en prisión a riesgo de su salud y poniéndoles en riesgo vital implica una clara vulneración de, al menos, los artículos 2, 3 y 5 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y los artículos 1, 2, 3, 4, 6, 20, 21, 35 y 49 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que encuentran su origen en la propia Declaración Universal de Derechos Humanos".

Torra termina justificando su misiva: "Lamento distraerla en estos momentos de sus acuciantes y relevantes funciones pero he creído oportuno poner en su conocimiento la situación que afecta a las personas presas y presos políticos en cárceles de Catalunya y que, de esta forma, pueda apreciar no solo nuestra voluntad de cumplimiento con las normas internacionales sino, también, los impedimentos que para ellos nos pone el Tribunal Supremo de España".