El servicio también ha dispuesto un procedimiento para que el familiar tenga tiempo de llegar “rápidamente al hospital y ver al cadáver unos minutos”, descubriendo la cara del mismo dentro de las bolsas herméticas, según recoge en un comunicado el Hospital Clínico San Carlos.

“Más allá, el cuerpo del fallecido es definitivamente sellado y enviado a custodia. Todo ello, tanto las despedidas mientras el paciente está vivo como una vez fallecido, debe hacerse con trajes de protección antivírica en familiares y psiquiatras”, detalla el centro.

Esta intervención del servicio nace de la imposibilidad de los profesionales de urgencias y Medicina Interna de atender con el tiempo suficiente a los pacientes y familiares. “Están desbordados, intentando recuperar a los enfermos, y no les quedan ni tiempo ni recursos para atender con la humanidad que querrían a las situaciones trágicas que estamos viviendo”, afirma el hospital.

Psiquiatras y psicólogos del servicio “se han volcado en ello” y relatan “tanto los dramas” que están viviendo los familiares como “el inmenso agradecimiento y ternura que reciben de ellos por esta labor”, afirma el coordinador del programa, catedrático de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y jefe del Servicio de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, el doctor José Luis Carrasco.