Los participantes trasladaron a los Reyes el compromiso y el trabajo que llevan a cabo estos profesionales para atender a los mayores, “un colectivo que se ha visto especialmente afectado por esta pandemia”, indican fuentes de Casa Real.

Ante esta situación, explicaron que la corporación defendió la necesidad de un plan de choque integral para disminuir los efectos de esta pandemia sobre los mayores por el alto índice de mortalidad que acarrea la infección por Covid-19 y el alto grado de afectación del personal cuidador.

Recordaron la situación de los que viven solos o sin soporte social y/o familiar por el agravamiento de patologías crónicas que conlleva ese aislamiento, “especialmente difícil para ellos”. En este caso, el doctor Romero puso en valor a los profesionales de Atención Primaria y el trabajo especial que desempeñan, que “hay que potenciar para no desequilibrar el sistema sanitario”.

El doctor García comentó que la preocupación de la Segg durante la actual crisis ha sido siempre “dar una atención de calidad a las personas mayores afectadas”, realizándose diferentes medidas como el acuerdo alcanzado con el Consejo General de Colegios de Psicólogos y la Aseguradora DKV para ofrecer soporte psicológico a las personas mayores durante el confinamiento.

También se incluyen entre las medidas la redacción de la Guía de Tratamiento de Mayores en residencias y centros sanitarios, la realización de webinars para la actualización de geriatras en la lucha contra el coronavirus, así como recomendaciones por vídeo de ejercicio físico adaptado a diferentes grados de fragilidad y enfermedad crónica durante el confinamiento.

El presidente del Foro de la Profesión Médica manifestó que, como consecuencia de la pandemia, la atención de los mayores ha tenido dos objetivos principales: “evitar el contacto en la medida de lo posible con familiares, amigos, vecinos y hasta personal sanitario con el fin de evitar el contagio” y “garantizar sus necesidades sanitarias”, aspecto que es posible gracias a la Atención Primaria, con médicos y enfermeros, a través de un seguimiento telefónico de control periódico y de presencia ante cualquier sintomatología que pudiera tener detrás un cuadro clínico a atender.