Medio ambiente

Científicos europeos usan bacterias para reducir el mercurio en los sedimentos marinos

MADRID
SERVIMEDIA

Un consorcio europeo con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) trabaja con bacterias capaces de degradar un compuesto tóxico del mercurio para reducir la contaminación por este metal acumulada en los sedimentos marinos.

Con un presupuesto de un millón de euros, el proyecto, denominado MER-CLUB, pretende mejorar la calidad del medio marino, que sufre las consecuencias de la contaminación procedente de efluentes industriales y aguas residuales, según informó este jueves el CSIC.

Los sedimentos desempeñan un papel clave en los ecosistemas marinos, ya que proporcionan nutrientes que sirven de alimento para especies acuáticas y recursos minerales que garantizan la riqueza y diversidad biológica. Hasta que se comenzó a aplicar la legislación estatal sobre vertidos (en los años 90 del siglo pasado), los sedimentos han acumulado grandes cantidades de metales, entre ellos el mercurio.

Silvia G. Acinas, del Instituto de Ciencias del Mar y dirige los trabajos para conocer la diversidad de las bacterias detoxificadoras, indica que "MER-CLUB consiste en el diseño de una tecnología para la biorremediación del mercurio en sedimentos marinos contaminados mediante el uso de bacterias”.

“La biorremediación es el proceso biotecnológico en el que se utilizan microorganismos para restaurar un medio ambiente alterado por contaminantes. Es decir, que empleamos los recursos de la naturaleza y el conocimiento tecnológico para devolver a la propia naturaleza su estado previo", asegura.

RESPUESTA GLOBAL

Según los investigadores, la contaminación por mercurio es un problema global con un gran impacto socioeconómico y ambiental. Desde el inicio de la era industrial, los niveles de mercurio en el ambiente han aumentado considerablemente, hasta alcanzar concentraciones que afectan a los organismos en los ecosistemas.

El proyecto MER-CLUB está alineado con los objetivos de la Convención de Minamata, un tratado internacional que busca reducir el mercurio en el medio ambiente y obliga a los países involucrados a disminuir las emisiones de mercurio, monitorizar la contaminación y el tratamiento de los lugares afectados.

“El mercurio es un contaminante que puede acabar en los sedimentos marinos y puede transferirse y bioacumularse a través de diferentes organismos en las redes tróficas, llegando hasta nosotros. Los efectos del mercurio sobre la salud humana son muy importantes”, explica Andrea G. Bravo, investigadora en el Instituto de Ciencias del Mar.

Bravo añade que, por este motivo, reducir los niveles de mercurio en sedimentos a través de la biorremediación constituye la base para la restauración de los ambientes contaminados”. “La descontaminación de mercurio de los ecosistemas marinos tendrá, sin duda, un impacto directo y positivo en la salud humana”, concluye.

(SERVIMEDIA)
23 Abr 2020
MGR/gja