Religión

Los obispos proponen un “salario familiar” que amplíe el Ingreso Mínimo Vital

- Para ayudar a las familias por sus “servicios intangibles” en cuidados de niños y mayores y conciliación

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, propuso este viernes crear un “salario familiar” que extienda la ayuda que contempla el Ingreso Mínimo Vital a los “servicios intangibles” que prestan las familias al bien común, esfuerzos que se han visto incrementados con la pandemia del Covid-19.

Así lo aseguró durante la presentación telemática de la Memoria de actividades de la Iglesia referente al año 2018, en la que se refirió a esa propuesta que hizo hace cuatro décadas el papa Juan Pablo II.

Argüello, también obispo auxiliar de Valladolid, justificó ese salario familiar “por la importancia que está teniendo la familia en este momento” y por “las dificultades” que afrontan los hogares al tener que conciliar trabajo y cuidados, no poder llevar a los chicos a la escuela y también cuidar de las personas mayores y otros familiares vulnerables, cuidados que no son retribuidos. Se trata de “servicios intangibles a través de un salario”, pero que “tienen una repercusión económica muy grande al servicio del bien común”, dijo.

Con esa forma de “transformar” el ingreso mínimo hacia un salario familiar, según el obispo, se podría posibilitar el trabajo y, a la vez, “ayudar a solucionar otras problemáticas que tiene la sociedad”.

El portavoz también insistió en que el Ingreso Mínimo Vital aprobado recientemente por el Gobierno debe estar enfocado a “posibilitar una economía que haga factible el trabajo de las personas” y que les ayude a desarrollarse y colabore “al ejercicio del bien común”; y apeló a la colaboración entre el Estado, a través de la Seguridad Social, y los servicios de ayuntamientos y comunidades autónomas para que sea “testimonio” para favorecer a aquellos que más lo necesitan.

INGRESO MÍNIMO INCOMPLETO

En este contexto, el portavoz de la CEE lamentó que, como ha denunciado Cáritas, el Ingreso Mínimo Vital no alcance “a grupos sociales que parecen en principio excluidos” cuando “la intención de este ingreso es ayudar a quienes están en situaciones más difíciles”.

El prelado también puso en valor “la entrega de las personas” que de forma voluntaria han ayudado a los más necesitados en la crisis del Covid-19 y que suponen “otro tipo de recursos” de los que aporta la Iglesia a la sociedad. No obstante, confirmó que los ecónomos de las diócesis españolas se están reuniendo para trazar planes de actuación a futuro, y el portal de donativos ‘donoamiiglesia.es’ ha hecho las veces de ‘cepillo’ durante las semanas en las que no ha habido celebraciones en los templos para el mantenimiento de los gastos corrientes de la Iglesia.

En este panorama, recalcó, la Iglesia debe de ir “a la vida básica” y construir “amistad civil”. “Hay una predicación cada vez más necesaria, en la barra de un bar, donde no hemos podido estar en las últimas semanas”, indicó.

“La Iglesia anuncia, celebra, sirve, y lo hace siendo un pueblo entre los pueblos”, recalcó Argüello, en referencia a las “más de 20.000 parroquias que hay en los pueblos y que son una casa en las casas para que se reúna la familia de las familias para celebrar la fe y testimoniar la esperanza”.

(SERVIMEDIA)
05 Jun 2020
AHP/mjg