Aunque el Ejecutivo no requiere en principio del apoyo del PP para sacar adelante esta votación, sí busca aglutinar el mayor consenso posible. Así, la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, se mostró ya el martes segura de que saldrá adelante con “mayoría absoluta”, la misma que se logró en cada una de las seis prórrogas del estado de alarma.

El Gobierno ya ha recabado -previa negociación- el apoyo del PNV y de Ciudadanos a este real decreto, aunque ERC se ha descabalgado del acuerdo. En el caso del PP, Casado avanzó que estaría dispuesto a apoyarlo siempre y cuando el Gobierno aceptase incorporar otras medidas “necesarias”.

Ayer mismo, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Casado volvió a manifestar la posibilidad de apoyar este texto que regirá la ‘nueva normalidad’ como prueba de su “mano tendida” al Gobierno. Eso sí, en Génova no confirman el ‘sí’ de su formación, a expensas de las conversaciones entre el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la exministra Ana Pastor. Ambos ya habían tenido interlocución previa, ya que fue él quien informó a Pastor de este decreto. No obstante, los populares se revolvieron al enterarse del redactado final por el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, no es así en el caso de Sánchez y Casado, que llevan más de mes y medio sin hablar en privado, aduciendo cada parte que es el otro el que no quiere.

A la espera de que el Gobierno se pronuncie sobre las medidas del “pacto Cajal por la sanidad”, dirigentes populares señalan a Servimedia que ven “mucho margen” para apoyar este real decreto, aunque otras fuentes apuntan a la “falta de concreción”, lo que invitaría a seguir hablando.

Más allá de este posible apoyo, las fuentes consultadas por esta agencia apuntan que el problema “de fondo” es la fuerte crisis económica y social que se avecina y que el Gobierno debe capear. Y, en este sentido, se remiten a la incompatibilidad entre su programa y el que propugna Unidas Podemos.

A este respecto, fuentes socialistas esperan la comunicación oficial del PP e interpretan que un ‘no’ de los de Casado les identificaría directamente con Vox.

Mientras tanto Sánchez ha seguido demandando a Casado que “arrime el hombro” al menos “en lo básico”. Pero, para el líder de la oposición, “la pelota está en el tejado del jefe del Ejecutivo” porque es el que no responde a su “mano tendida”.

Desde el Ejecutivo confían en ese respaldo del principal partido de la oposición para dar una imagen de unidad ante la “pelea” que se está librando en la Unión Europea con el reparto del fondo de recuperación y el próximo presupuesto comunitario.

Aunque también ven una operación de “maquillaje político” en el traje de “moderado” del presidente del PP, que achacan a la cita electoral de las autonómicas del 12 de julio, por sus llamadas a un pacto que luego no termina de fraguar.

Si el Partido Popular termina por no apoyar la convalidación del decreto que regula la llamada 'nueva normalidad', en el Ejecutivo explotarán la lectura política de volver a vincular a la formación de Casado con la “ultraderecha” que encabeza Santiago Abascal.

En el contexto político, más allá del decreto que defenderá en la tribuna el titular de Sanidad, Salvador Illa, está el horizonte de la próxima negociación para los Presupuestos Generales del Estado.