Así lo ha validado el Comité sobre Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos de la OMM, que es la agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua. Este comité, del que forma parte la española Manola Brunet, lleva un registro oficial de los fenómenos extremos en los ámbitos regional, hemisférico y mundial.

Esos nuevos récords de 'megarrayos', verificados mediante nuevas tecnologías de imágenes satelitales, superan en más del doble los valores anteriores medidos en Estados Unidos y Francia, y aparecen recogidos en la revista científica 'Geophysical Research Letters', de la Unión Geofísica Estadounidense, antes de que este domingo se celebre el Día Mundial de Seguridad contra los Rayos.

El rayo de mayor extensión horizontal en el mundo midió 709 kilómetros (con un margen de error de ocho kilómetros) y tuvo lugar el 31 de octubre de 2018 en partes del sur de Brasil. Es la distancia que separa Cádiz de Cuenca o casi tanto recorrido como ir de Madrid hasta La Junquera, uno de los pasos fronterizos con Francia. Y el 4 de marzo de 2019 se batió un nuevo récord de duración de un rayo, que se desarrolló continuamente durante 16,73 segundos en el norte de Argentina.

El récord anterior de rayo de mayor alcance horizontal fue de 321 kilómetros el 20 de junio de 2007 en el estado de Oklahoma (Estados Unidos). Y el de mayor duración de un rayo individual fue de 7,74 segundos continuos y se registró el 30 de agosto de 2012 en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul (Francia).

"Estos son récords extraordinarios de rayos individuales. Las mediciones de fenómenos extremos ambientales son una prueba viviente de lo que la naturaleza es capaz de hacer, así como de los avances científicos que se han logrado para poder realizar esas evaluaciones. Es probable que existan fenómenos extremos aún mayores y que podamos observarlos a medida que evolucione la tecnología de detección de rayos", apuntó Randall Cerveny, ponente de la OMM sobre los registros mundiales de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

OTROS RAYOS EXTREMOS

Los rayos pueden suponer un peligro porque se cobran numerosas vidas cada año. Los expertos mencionan importantes preocupaciones de seguridad pública respecto de las nubes electrificadas, donde los rayos pueden desarrollarse a través de grandes distancias. Y aluden a la regla de 30-30: si el tiempo que transcurre entre el rayo y el trueno es de menos de 30 segundos, hay que buscar refugio, y es aconsejable esperar 30 minutos después de que se haya observado el último rayo antes de retomar las actividades al aire libre.

La OMM ha verificado previamente también otros fenómenos extremos de rayos. Así, un rayo directo mató a 21 personas en Zimbabue en 1975, cuando cayó sobre ellas mientras se apiñaban en una choza buscando resguardo. Y 469 personas murieron por un rayo indirecto en Dronka (Egipto) en 1994, cuando impactó en un depósito de tanques de combustible, lo que produjo el derrame del líquido en llamas hacia la ciudad.