Por un lado, los socialistas vascos confían en superar los nueve escaños actuales de manera que su peso condicione el Gobierno vasco que salga de las urnas, quedando como tercera fuerza política tras el PNV y EH Bildu, que lideran por este orden todos los sondeos.

Según fuentes socialistas, el PSE y el PSdeG han apelado a los votantes que apostaron por Pedro Sánchez en las dos últimas elecciones generales. En el caso de Euskadi, tienen testado que hay un electorado fronterizo con el PNV que en autonómicas vota a los nacionalistas y en las generales y municipales se decanta por el PSOE.

En Galicia, los socialistas ansían sumar parte de ese voto al PSOE que se produjo tanto en las generales de abril como en las de mayo del año pasado y que, por primera vez en la historia, hizo que fuera la fuerza más votada en la región.

Pese a ser conscientes de la fortaleza del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, los socialistas gallegos confían en que los 33 años de gobiernos del PP pasen factura. Además, han tratado de identificarle con la posición desleal que, a juicio del PSOE, han tenido los populares con el Ejecutivo durante la pandemia.

Así, esperan que la ciudadanía apueste por el "cambio" y que Feijóo no revalide mayoría absoluta y que el resto de fuerzas parlamentarias puedan confirmar un Gobierno con el PSOE como primera fuerza.