En total, según informó este martes la Policía, han sido detenidas 20 personas, a las que se les imputa los delitos de pertenencia a grupo criminal, un delito de robo con violencia, 14 delitos de robo con fuerza, once delitos de robo de vehículos, tres delitos de sustracción de placas de matrícula, uno de lesiones, seis de falsificación documental, dos contra la seguridad del tráfico, uno de daños, uno de hurto, dos de desobediencia, dos delitos de tenencia ilícita de armas, tres de cultivo o elaboración de estupefacientes y tres de defraudación del fluido eléctrico.

Además, se han practicado 17 registros en diferentes localidades de las provincias de Toledo y Madrid, en los que se han intervenido un subfusil, dos pistolas y 17.000 euros en metálico, además de material deportivo de una conocida marca por un valor superior a los 400.000 euros.

También han sido desmanteladas tres instalaciones de alto rendimiento de marihuana y se incautaron 141 plantas y 41 gramos de esta droga ya seca y envasada para su distribución.

Este grupo criminal se caracterizaba por actuar con rapidez y contundencia, utilizando habitualmente el alunizaje o butrones para acceder al interior de los establecimientos o empresas, llegando a realizar butrones entre naves adyacentes y sustrayendo efectos de todas ellas, según el comunicado.

En una ocasión, embistieron el vehículo de un vigilante de seguridad y, en otras, también llegaron a embestir vehículos oficiales de patrullas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

Entre sus intervenciones, destaca que durante los primeros días del estado de alarma, este grupo criminal sustrajo ocho motocicletas de un concesionario de la localidad toledana de Ocaña, dos de ellas recuperadas.

Una vez identificados los miembros de la banda por investigadores de los dos cuerpos policiales, se inició la fase de explotación de la operación. En el pasado junio se registró una finca de la localidad de Villaconejos (Madrid) y fueron detenidas 10 personas.

En esta propiedad se recuperó material deportivo de una conocida marca, por valor de 300.000 euros, una motocicleta, un turismo de gran cilindrada y una furgoneta que habían sido sustraídas.

Días después se detuvo a dos trabajadores de una empresa de transportes que estaban implicados en la sustracción de este material deportivo. Estas personas desviaban parte del género que tenían que depositar en los almacenes centrales de la empresa propietaria y lo depositaban en un local alquilado por uno de ellos, donde se practicó otro registro y se descubrió gran cantidad de ropa de esta misma marca por un valor aproximado a los 100.000 euros.