En la misiva, le comunica que su gabinete se pondrá en contacto con el de Sánchez para solicitarle que se habilite la participación telemática "en especial atención a la situación de la pandemia en Cataluña", que "dificulta y desaconseja la movilidad". Según le explica, "las restriciones establecidas" por su propio Gobierno "hacen muy difícil" su desplazamiento fuera de Barcelona.

Además, "para evitar lo que pasaba en las convocatorias de los domingos durante el estado de alarma", le informa de que ha encargado al vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, y a la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, que se pongan en contacto con las personas a las que encomiende Sánchez "para preparar los contenidos de la reunión".

"En favor de la eficiencia y de una verdadera cooperación institucional, le pido que atienda esta solicitud y que los dos equipos se pongan a trabajar inmediatamente", termina la carta. Torra solía quejarse de que las conferencias de presidentes durante el estado de alarma eran una mera comunicación unilateral de las decisiones ya tomadas por el Ejecutivo central.