La organización proporcionaba a los migrantes billetes de avión para viajar desde República Dominicana a países africanos que no les exigían visado y con una escala previa en Madrid, según detalló este sábado la Policía.

Una vez en la zona de tránsito internacional, un miembro de la organización que trabajaba en el aeropuerto madrileño les ayudaba a burlar los controles policiales de entrada al país. Para darles el acceso al país les exigían 8.000, por lo que el beneficio obtenido por esta actividad podría ascender a más de 240.000 euros, estima la Policía.

La operación policial ha concluido con dos personas detenidas y se han realizado dos registros domiciliarios, uno en la ciudad de Madrid y otro en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama, donde se ha intervenido 14.820 euros, ocho terminales telefónicos, chalecos reflectantes y tarjetas electrónicas de acceso.

La investigación policial se ha llevado a cabo en colaboración con las autoridades dominicanas a través de la Agregaduría Española de Interior en aquel país, y ha evidenciado la existencia de una sofisticada organización criminal de carácter internacional que contaba con dos ramas, una asentada en la República Dominicana y otra en España.

Los miembros ubicados en el país latinoamericano se ocupaban de captar a los migrantes y les proporcionaba los billetes de avión, las reservas hoteleras y los seguros médicos necesarios para viajar a un país africano para el que no necesitaran visado, y que implicaba necesariamente una escala en Madrid.

Se les aleccionaba en origen sobre cómo debían comportarse al llegar a España y su vestimenta para que fuera mismo tipo y color que la indumentaria de faena de la empresa para la que trabajaba el miembro de la organización que les recibía

Una vez en la zona de tránsito internacional del aeropuerto madrileño los migrantes eran recogidos por un miembro de la rama española que trabajaba en el interior del aeropuerto y que les facilitaba chalecos reflectantes con el logotipo y nombre de su empresa, lo que les permitía pasar desapercibidos haciendo creer que eran trabajadores del aeropuerto.

Al ser un empleado aeroportuario, poseía tarjetas de acceso para las zonas restringidas, elemento que aprovechaba para introducir a los migrantes desde las zonas de tránsito hasta las terminales del aeropuerto, eludiendo de esa forma los controles policiales de entrada en España.

Los agentes de la Policía han constatado que desde diciembre de 2019 habían accedido así a España al menos 30 personas de origen dominicano, aunque se estima que esa cifra podría ascender a varios cientos. De los 8.000 euros que exigían por introducirlo al país, 2.000 euros iban a pagar los billetes de avión, 2.000 euros para el miembro que les recibía en el aeropuerto de Madrid y 4.000 euros para la facción dominicana.