Según informó Justicia, el ministro del ramo, Juan Carlos Campo, hizo esta tarde entrega de la Cruz de San Raimundo de Peñafort al servicio de limpieza del Ministerio por el proyecto solidario que emprendieron durante la emergencia sanitaria del coronavirus.

“Lo que no nos han contado, porque no lo saben, es a cuántos profesionales protegieron y cuántas vidas salvaron”, señaló el ministro de Justicia en el homenaje que se celebró esta tarde en el Palacio de Parcent. Reconoció así el “acto solidario y valiente” del personal de limpieza de su Ministerio a la hora de organizarse para coser mascarillas y batas.

Según Campo, “es importante decir que en el mundo de la Justicia no sólo intervienen jueces, fiscales y demás funcionarios, pues es un servicio público que está formado por todos los trabajadores y trabajadoras que prestan servicios de toda índole”. “Cuando me contaron vuestra iniciativa me reafirmé en la creencia de que este país es un gran país porque cuenta con personas como vosotros”, subrayó.

En representación del grupo de trabajadores, Prado Pascual recordó que “en el momento en que se lanzó la idea todos quisieron colaborar, poniendo su tiempo y sus manos al servicio de los demás”. “Ya teníamos la mano de obra, pero necesitábamos el material y la logística. Y fue entonces cuando apareció otro ángel: José Capilla. Un amigo de mi niñez que estaba utilizando su propia empresa, cerrada por la situación, para adquirir, cortar y repartir tejido homologado”, relató.

El trabajador recordó que entonces su amigo tan sólo le preguntó cuánto podrían coser. “Y así pusimos en marcha esta cadena de producción”, sintetizó sobre esta iniciativa que hoy ha sido galardonada con la Orden de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, una condecoración civil española que premia relevantes méritos contraídos por cuantos intervienen en la Administración de Justicia.

El representante de estos trabajadores explicó que todo comenzó con una llamada de auxilio de personal del hospital de San Fernando de Henares y fue entonces cuando empezó a tejerse esta red solidaria para ayudar a los profesionales que estaban en primera línea en centros sanitarios y residencias de mayores.

Así, según explicó Pascual, los bajos del Ministerio de Justicia también se convirtieron durante los meses más álgidos de la pandemia en un taller de confección de material de protección personal, mascarillas y batas. Todo fue por iniciativa de 13 mujeres y dos hombres del servicio de limpieza que esta tarde han sido condecorados con la Cruz de San Raimundo de Peñafort, el patrón de la Justicia.

De esta forma, lo que empezó siendo un compromiso personal de implicar a unas amigas para coser en sus domicilios, acabó convertido en un grupo organizado que contactó con fábricas de telas de Valencia. Al final, se fueron sumando otras personas anónimas mientras se recibían donaciones de particulares para sufragar los gastos.