Así lo indicó durante la presentación de resultados del banco, que durante el primer semestre ganó 205 millones de euros, un 67% menos, tras efectuar una provisión extraordinaria de 1.155 millones para afrontar potenciales deterioros por el Covid-19 y que aseguró que será muy inferior en la segunda parte del año.

“¿Qué habrá presiones sobre la rentabilidad adicional? Es evidente, pero nosotros, por supuesto, podremos salir de esta situación sin hacer ninguna operación corporativa. Eso es nuestro escenario base. Lo ha sido así en el pasado y lo sigue siendo”, refirió al ser cuestionado sobre si la consolidación se precipitará ante la presión que la crisis está ejerciendo sobre la rentabilidad del sector.

Aunque admitió que “está claro que va a tener un impacto” sobre entidades que ya eran “poco rentables” por los tipos negativos, defendió que las entidades españolas “son solventes” y “tienen liquidez”. Además, apuntó que se parte de “unos niveles de morosidad más” razonables” en una crisis en la que, a diferencia de la anterior, “no ha habido una burbuja” ni en activos ni inmobiliaria, y los clientes se encuentran “muchísimos” menos endeudados que entonces”. ”Por tanto, hay muchos elementos para pensar que el sector financiero va a poder aguantar”, refirió.

Entrando ya en caso el específico de Caixabank subrayó que, justo en esta desfavorable situación, es cuando más ha destacado el grupo presentando beneficios pese a las fuertes provisiones y ganando cuota de mercado. “Somos el primer banco de España, lo miremos por donde lo miremos, porque en los últimos dos años todavía hemos crecido más que nuestros competidores”, explicó.

La última operación de compra efectuada por Caixabank fue la de BPI en Portugal en el año 2017 y en España se remonta a seis años atrás cuando se quedó con Barclays, y Gortázar recordó que el banco no ha mirado operación alguna después pese a las diferentes opciones que se han presentado en estos últimos años.

“No tuvimos ningún interés en mirar ni estudiar alguna de las grandes operaciones que se han hecho en España en los seis años y hemos dedicado los esfuerzos a un ejercicio de transformación interna en un momento en el que necesitábamos la máxima concentración porque había mucho que hacer”, relató.

Una de las razones que admitió que condiciona es que Caixabank tiene cuotas de mercado ya altas en el mercado nacional y, aunque sigue reforzándolas trimestre a trimestre, tiene “menos beneficios que sacar en cualquier operación de este tipo”.

No obstante, admitió que si se presentan oportunidades las estudiarán “por si los números salen”. “Las consideraremos, pero no las estamos activamente buscando. ¿Por qué? Porque con lo que tenemos pensamos que podemos salir bien y si sintiéramos que con lo que tenemos no podríamos salir bien, pues estaríamos mucho más activos”, zanjó.

En cuanto al dividendo recordó que ya en el primer trimestre la entidad acopió recursos para remunerar a los accionistas y ha vuelto a hacerlo en el segundo trimestre, con intención de pagarlo con cargo al beneficio del 2020 cuando el Banco Central Europeo (BCE) ”nos lo permita”, algo que confió que pase ya a final de este año con vistas a que pueda distribuirse en el 2021.

Caixabank descarta cerrar con pérdidas este año y confía que el resultado vaya de menos a más al dar por contabilizadas ya la mayor parte de las provisiones para encarar la crisis del Covid. Además, cuenta con 410 millones en plusvalías de la venta anunciada hoy a Global Payments de un 29% de la filial conjunta de TPV en comercios, que se recogerán en las cuentas del segundo semestre del año.

Gortazar indicó que su política de dividendo sigue siendo la misma aunque al arranque del año bajó el pay-out del 50% al 30% y descartó que entre en sus planes adoptar el abono vía acciones como ha restablecido el Santander. “No, no tenemos intención de cambiar la política de dividendo. Queremos pagar dividendos en metálico, dividendo de verdad”, zanjó.