Drogas

Desmantelada en menos de un año la cuarta plantación de marihuana oculta en los bosques de Huesca

MADRID
SERVIMEDIA

Agentes de la Policía Nacional, en el marco de las investigaciones de la operación ‘Copitos’, han desmantelado una nueva plantación de marihuana en los bosques de Huesca, en el que se han aprehendido 7.828 plantas en los montes de Agüero (Huesca) y se ha detenido a los dos integrantes de la organización encargados de la custodia del cultivo.

La operación supone una continuación en las investigaciones que, en el año 2019, supuso el desmantelamiento de la mayor plantación de marihuana en Aragón y la desarticulación de un grupo criminal de origen albanés que, además del tráfico de estupefacientes, se estaba dedicando a la comisión de robos con fuerza en establecimientos de la provincia, según informó este miércoles el Ministerio de Interior.

Además, la continuación de esta investigación ha permitido localizar esta nueva plantación, también ubicada en los pinares de Agüero (Huesca), que contaba con 7.828 plantas de marihuana que estaba siendo custodiada permanentemente por un individuo de origen albanés, que fue detenido en dicho lugar. También ha sido arrestado el integrante que le suministraba la infraestructura necesaria y le abastecía del material y de los víveres necesarios para realizar su cometido.

Las gestiones realizadas y la cooperación policial internacional han permitido identificar a otros cinco operarios que la organización reclutó en su momento para viajar a España y ser destinados a las plantaciones para mantener los cultivos continuamente vigilados.

31.000 PLANTAS EN UN AÑO

Las operaciones policiales realizadas por el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Huesca han permitido en menos de un año desarticular dos grupos organizados de origen albanés dedicados al tráfico a gran escala de marihuana, la detención de 13 integrantes y desmantelar cuatro cultivos con la incautación de un total de 31.698 plantas que arrojan un peso de 18 toneladas y media de esta sustancia estupefaciente.

Todas las plantaciones desmanteladas se encontraban ocultas en zonas boscosas de muy difícil acceso, en las que los integrantes del grupo habían talado grandes superficies de pinares aprovechando al máximo los bancales del bosque para cultivar la marihuana.

Para el regadío de los cultivos habían alterado los barrancos, creando balsas artificiales para poder almacenar agua, que posteriormente era conducida hasta los campos de cannabis con mangueras movidas con bombas de agua alimentadas por generadores de energía eléctrica.

Las plantaciones eran vigiladas continuamente por operarios que eran destinados al bosque durante largos de periodo de tiempo, para lo cual habían levantado campamentos en zonas estratégicas con todo lo necesario para permanecer largas estancias, proveyéndoles de gran cantidad de víveres no perecederos.

Esta custodia permanente y activa, unida al perfecto conocimiento del bosque en el que vivían, dificultó enormemente la investigación sobre el terreno.

(SERVIMEDIA)
05 Ago 2020
DSB/man