Con un total de 5.672 confirmaciones de coronavirus y 70 fallecidos, el país registró en los últimos dos días el mayor pico de casos, con 355 el 6 de agosto y 255 en el día de ayer. Según los datos recogidos, los casos diarios de los últimos dos días llegan a doblar los registrados en las últimas semanas.

Como apunta la responsable regional para Oriente Medio de Acción contra el Hambre, Chiara Saccardi, “el aumento de la transmisión de la Covid-19 está agotando el sistema de salud libanés, al mismo tiempo que las tensiones sociales continúan creciendo en muchas partes del país”.

“El riesgo de transmisión comunitaria es bastante alto actualmente: el 5 de agosto, Líbano reportó el mayor número de casos en un día. Los hospitales del país han estado advirtiendo de que están abrumados por el brote mientras luchan contra problemas de financiamiento, cortes de energía y una grave falta de equipo de protección personal”, señala Chiara Saccardi.

Ahora, a esta situación de pandemia y precariedad sanitaria, se unen las más de 140 víctimas mortales de la explosión en Beirut, así como los más de 5.000 heridos y los cientos de desaparecidos.

La prioridad, apuntan desde la ONG, está siendo la respuesta sanitaria. Tres hospitales sufrieron daños graves por la explosión de Beirut y no pueden operar en el barrio de Achrafieh, así como docenas de centros de atención primaria.

Asimismo, el almacén nacional donde se guardan todas las vacunas y medicamentos para enfermedades agudas y crónicas se vio gravemente dañado. Algunos de los suministros ya se trasladaron a otros lugares, sin embargo, tras los efectos de la explosión, el almacén necesita una renovación.

Las necesidades prioritarias iniciales incluyen, por tanto, más personal médico, unidades médicas móviles y medicamentos para afecciones agudas y crónicas, así como equipos de protección personal para los trabajadores sanitarios.