Todo comenzó cuando unos agentes de la Benemérita de Navalcarnero acudieron a una vivienda de la localidad alertados por una persona que manifestó que su vecino lo había amenazado con un arma de fuego. Al llegar, amenazó de manera muy violenta al vecino e increpó a los guardias civiles, quienes procedieron a la apertura de diligencias contra él.

Poco después, el supuesto agresor fue avistado por una patrulla de la Guardia Civil conduciendo un vehículo. Sabiendo que carecía de permiso para ello y ante la posibilidad que pudiera portar algún tipo de arma de fuego, optaron por darle el alto utilizando las señales acústicas y luminosas.

Sin embargo, el conductor hizo caso omiso, lo que dio lugar a una persecución. El prófugo conducía de forma temeraria. Tanto es así que, ante la cercanía de un ciclista que podría ser arrollado por el individuo, los agentes se colocaron en paralelo pero fueron embestidos por el hombre violento. Acabaron chocando contra un muro, lo que ocasió daños irreparables al vehículo y heridas graves a los agentes.

El autor huyó del lugar, por lo que fue necesario iniciar las pesquisas oportunas para su localización. Al final, dieron con él en una finca rural. Como era muy peligroso, la Guardia Civil recibió ayuda de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Madrid y Patrullas pertenecientes a la compañía de Getafe.

Así fue detenido y puesto a disposición judicial. El hombre es un delincuente habitual de la zona que cuenta con numerosos antecedentes policiales y con una veintena de detenciones.