El portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios, Enrique García, subrayó a Servimedia la obligación por parte de las administraciones educativas de garantizar una enseñanza “en unas condiciones de salud y seguridad suficientes”, si bien se preguntó “quién interpreta que dichas condiciones son suficientes”.

A este respecto, precisó que un progenitor no tiene “capacidad técnica” para “interpretar” que las condiciones en las que se desarrolla la actividad académica dentro del centro al que acude su hijo “aconsejan que no vaya al colegio de una forma continuada y durante un periodo prolongado”.

En el caso de que el niño fuese alumno de enseñanzas obligatorias, podrían, a su juicio, “incurrir incluso en algún tipo de responsabilidad por un posible delito de abandono”.

No obstante, defendió que el derecho a la salud del menor sí prevalece y está “justificado siempre que el riesgo sanitario sea inminente y grave” si bien, ante un “hipotético” riesgo de contagio el progenitor “no tiene la capacidad de determinar si las medidas de protección son suficientes o no”.

“Podría reclamar judicialmente sobre las medidas establecidas si estima que no son suficientes o adecuadas, pero no limitar el derecho de su hijo a la educación”, sentenció, convencido de que, en todo caso, “podría valorarse si se está protegiendo suficientemente o no la salud de su hijo”.

Un debate que, para García, “se evitaría” con unas normas “claras y transparentes” y protocolos “que resuelvan las posibles dudas de los padres y estén basados en una protección razonable de los niños para garantizar y maximizar su seguridad”.

Por ello apeló al “sentido común” y reconoció que el retraso en la configuración de la estrategia para el inicio del próximo curso escolar “no ayuda”.

LA PANDEMIA, FUERA DE LA LEY

En la misma línea, el presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Móner, puntualizó que la ley no contempla una pandemia como una de las excepciones que permitan a los padres no llevar a sus hijos al colegio, algo que, según su parecer, solo podría ocurrir en el caso de menores con alguna patología que lo expusiera a un mayor riesgo con relación al virus.

El responsable de CECU explicó a Servimedia que, en caso de ausencia reiterada del alumno sin justificación, se activa el protocolo de absentismo, una medida creada para evitar que los niños “pierdan su derecho a recibir una educación”. “En faltas sin justificar de más del 20% de las clases lectivas a lo largo de un mes, el centro está obligado a intervenir y se puede abrir un procedimiento administrativo con comunicación a la comisión municipal en el que participan los servicios sociales”, sentenció.

Con todo, Móner reconoció que los padres se enfrentan a una “situación compleja” de cara a una “vuelta al cole llena de incertidumbre”. “Al no saber si va a ser una vuelta presencial u ‘online’, no tienen claro si deben comprar ropa y un uniforme, o contratar Internet para su casa”, agregó, para, a continuación, advertir de que la confederación que preside va a permanecer “a la expectativa, día tras día, de lo que vaya ocurriendo”.

MADRID

El consejero de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, aseguró en una reciente entrevista a EsRadio recogida por Servimedia, que el posible absentismo escolar por miedo al Covid-19 “es un tema complicado”. “En las leyes educativas, la educación es obligatoria en muchas etapas y por tanto no es una decisión del padre de que vaya o no al centro educativo, tiene que ir. En el caso de que no vaya hay unos protocolos de abstencionismo que precisamente se coordinan con los ayuntamientos y puede ser sancionado, esa es la ley”, dijo.

“Es verdad que estamos ante una pandemia y que hay mucho miedo por parte de muchas personas y mucha incertidumbre. Así que, bueno, por supuesto que se tendría en cuenta todo esto en ese momento”, aseguró, animando a los padres a llevar a los niños a los centros educativos, porque “afortunadamente” los menores “padecen menos la enfermedad”. “Las administraciones vamos a tomar todas las medidas posibles que estén en nuestra mano”, añadió, recordando que no ir a clase “les causa un perjuicio muy grave”.