El informe argumenta que las continuas expansiones urbanas determina que las redes de abastecImiento o parte de ellas queden obsoletas e insuficientes, trasladando el probelams de los gestores a los usuarios, ya que se les obliga a construir depósitos de almacenamiento que dsipen o laminen las horas punta y a mayores gastos energéticos, al tener que instalar grupos de presión.A las pérdidas registradas en la red como consecuencia de averías y fugas, los autores suman los fallos y errores en la medida de los consumos que se registran en los contadores.

Según el estudio, estas deficiencias en las mediciones provoca que los contadores registren un 13 por ciento menos del agua que realmente se consume.

Además, aproximadamente un 2 por ciento del agua consumida no secontabiliza a causa de los fraudes de diverso tipo que se perpetran para reducir los costes del consumo.

Los autores indican que si se suman todas estas variables, el 28 por ciento del agua que suministran las entidades encargadas de su gestión no se registra en los contadores, ya sea por pérdidas, por fallos en el funcionamiento de los contadores o por fraudes.

No obstante, indican que los datos que se manejan para comprobar la eficiencia de las redes de distribución son insuficientes, dada la flta de medidas de control eficaces. Por ello, se muestran partidarios de sustituir los contadores colectivos, que hacen que se divida el consumo a prorrateo en una comunidad de vecinos, por los individuales, que permiten conocer el consumo en cada vivienda.