Esos datos, recogidos por Servimedia, indican que entre el 1 de enero y el 13 de septiembre se quemaron 54.660,95 hectáreas, cuando la media del último decenio es de 74.107,17 hectáreas.

El mejor año de la década en ese periodo analizado es 2018 (19.143,02 hectáreas quemadas), seguido de 2014 (46.132,20) y de 2013 (49.985,13). Por el contrario, los peores son 2012 (203.028,32), 2019 (81.225,12) y 2015 (77.963,62).

De las hectáreas arrasadas hasta una semana antes de acabar el verano, que abarcan un 0,197% del territorio nacional, un total de 6.524,10 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 31.464,39 hectáreas de matorral y monte abierto, y 16.672,46 de superficie arbolada.

En lo que va de año se han registrado 6.562 siniestros, de los que 2.240 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 4.322 conatos (con menos de una hectárea quemada).