En 2018 se produjeron 8.317 muertes por sobredosis en Europa, 437 de ellas en España, según los datos que recoge el 'Informe Europeo sobre Drogas 2020: tendencias y novedades', presentado este martes por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (Emcdda).

El documento aborda con “preocupación” la situación en Europa como consecuencia de una crisis sanitaria que, a su entender, podría tener “implicaciones” a largo plazo para los servicios relacionados con las drogas, así como para las fuerzas y cuerpos de seguridad de Europa.

El impacto inicial de la crisis en los patrones de consumo de drogas fue “variado”, según el estudio, que advierte indicios de “menor interés” en el consumo de MDMA o cocaína, pero un aparente mayor consumo de otras sustancias como cannabis y nuevas benzodiacepinas en ciertos grupos de población.

La interrupción en el suministro de sustancias en los mercados de drogas locales provocó escasez y aumento de los precios y los grupos de delincuencia organizada adaptaron “rápidamente” sus modus operandi y consumidores y vendedores empezaron a utilizar los mercados de la ‘red oscura’ en línea, las plataformas de las redes sociales, así como servicios de paquetería y entrega a domicilio.

Los investigadores temen que los “innovadores” modos de distribución de la droga desarrollados durante el confinamiento, junto con el impacto económico de la pandemia en las comunidades vulnerables, empeore la “problemática situación”.

CUESTIONES CLAVE

Como cuestiones “clave”, esta radiografía del consumo y producción de drogas en Europa estima que el 1 % de los adultos de la Unión Europea consume cannabis a diario o casi a diario y la mayoría de ellos (60 %) tiene menos de 35 años y que en 2018, unas 135 000 personas iniciaron un tratamiento de drogodependencia especializado por problemas relacionados con el consumo de cannabis (32 % de todas las demandas de tratamiento. De ellas, unas 80 000 iniciaron tratamiento por primera vez y la mitad de los que la usaron como droga principal que iniciaron tratamiento por primera vez en 2018 declararon que la habían consumido a diario en el último mes.

En España, según datos de 2017, la prevalencia de consumo de cannabis es de las más altas de Europa, con una tasa de 35,2, solo superada por Francia (44,8) y Dinamarca (38,4) mientras que, en el caso de la cocaína, se sitúa en una tasa de 10,3 entre los adultos de 15 a 64 años, la más alta de Europa.

El informe también destaca las incautaciones “récord” de grandes cantidades de cocaína, con casi 181 toneladas -43 más que en 2017- de las cuales 48 toneladas se incautaron en España, el segundo país en número de incautaciones solo por detrás de Bélgica (53).

Además, refleja el aumento de su pureza y del número de personas que reciben tratamiento por primera vez, 34.200 en 2018, con una edad media de inicio de consumo de 23 años y de 34 en el momento de inicio del tratamiento y un consumo medio de 4,1 días por semana en el último mes.

El informe hace hincapié en el incremento y “diversidad” de la producción de drogas sintéticas en Europa, nuevas y “consolidadas”, entre ellas el MDMA, consumido en 2019 por 2,7 millones de europeos y que presenta una “disponibilidad continua” que ha dado lugar a la aparición de los nuevos opioides sintéticos y comprimidos de éxtasis con “riesgos considerables” para la salud.

Por lo que se refiere a los opioides de alto riesgo, fueron consumidos por 1,3 millones de europeos en 2018, de los cuales 660.000 recibieron tratamiento de sustitución como consecuencia de su consumo. Esta es ya la droga principal en el 34% de las solicitudes de tratamiento por drogodependencia en la UE y está detrás del 82% de las muertes por sobredosis, principalmente por heroína o sus matabolitos.

Las incautaciones de esta sustancia pasaron de 5,2 toneladas en 2017 a 9,7, en 2018 y el número de consumidores de heroína que inician tratamiento ronda los 20.400, con una edad media de inicio del consumo de 24 años y de inicio de tratamiento a los 35 y un consumo medio de seis días por semana en el último mes.

PROBLEMA CRECIENTE

Los expertos alertan también del “problema creciente” que también representan las sustancias no controladas y menos comunes, como indica el aumento de las cantidades incautadas de ketamina, GHB y LSD y señalan la “preocupación” en muchos países por el consumo de sustancias como el óxido nitroso (gas hilarante) y nuevas benzodiazepinas.

Insisten en el “problema persistente” en el que las nuevas sustancias psicoactivas se han convertido, ya que en los últimos tres años se detectaron nuevas sustancias psicoactivas por primera vez en Europa a un ritmo aproximado de una por semana y en 2019 se detectaron 53 sustancias así como ocho nuevos opioides sintéticos no controlados.

A la luz de estos datos, el director del Emcdda, Alexis Goosdeel, subrayó que la pandemia ha puesto de manifiesto las “necesidades especiales” de los consumidores y advirtió del “mayor interés” en el uso de las tecnologías digitales en el mercado de las drogas y la innovación en el tratamiento de las drogas a través de soluciones de salud electrónica y móvil.

Ante las repercusiones económicas de la crisis, que pueden hacer que algunas personas se vuelvan “más vulnerables a los problemas de drogas y a la participación en el mercado de drogas”, juzgó “esencial que actuemos rápidamente para identificar y responder a nuevas amenazas que puedan surgir de esta situación tan cambiante”.