BIOTECNOLOGÍA

Un proyecto del CSIC busca desarrollar tomates más resistentes a enfermedades y al cambio climático y más sabrosos

Madrid
SERVIMEDIA

Un proyecto de biotecnología liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) busca desarrollar variedades de tomates con más calidad, mayor resistencia a enfermedades emergentes y al cambio climático y con mejor sabor.

Se trata del proyecto europeo para ‘Aprovechar el valor de los recursos genéticos del tomate para ahora y el futuro’ (Harnesstom), que está coordinado por el investigador del CSIC Antonio Granell, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (Ibmcp) y busca reunir y centralizar información genética sobre las variedades de tomate para ponerla a disposición de investigadores, productores y empresas aprovechando el esfuerzo realizado en varios proyectos de la UE para conectar fenotipos/genotipos.

El tomate es una hortaliza con una diversidad genética reducida y, por tanto, “muy vulnerable” a las enfermedades emergentes y al cambio climático, según el experto, que agregó que, “afortunadamente”, también es rico en recursos genéticos y, en este sentido, el proyecto tratará de demostrar que el incremento en el uso de estos recursos resulta “clave” para la seguridad alimentaria y para conseguir un producto final de mayor calidad.

Asimismo, desarrollará cuatro programas de preproducción, el primero de los cuales tratará de introducir resistencias contra las principales enfermedades emergentes. El segundo buscará la mejor adaptación del tomate al cambio climático, el tercero estará destinado a la mejora de la calidad y el cuarto perseguirá aumentar la “resiliencia” del tomate tradicional europeo.

Otro de los objetivos es involucrar a agricultores, consumidores, chefs creadores de tendencias y universidades en actividades para el diseño de estrategias "innovadoras" que ofrecerán materiales de cultivo adaptados localmente.

SOLUCIONES ANTE AMENAZAS

Para Granell, esta es una iniciativa de una “gran importancia” dado que, a su juicio, permitirá ofrecer al mercado “soluciones” para que este cultivo “resista” a algunos virus que le “amenazan”, entre los que mencionó al virus rugoso del tomate (ToBRFV), así como a los “desafíos” del cambio climático.

Además, subrayó que el proyecto reúne a instituciones de España, Bulgaria, Francia, Italia, Israel, Países Bajos y Taiwán, asociaciones de productores y empresas, compañías tecnológicas y empresas de cultivo, ONG, investigadores, instituciones académicas y todos los agentes implicados en que los resultados de los laboratorios se transfieran al mercado.

En él participa también el Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (Comav), que cuenta con un banco de germoplasma que contiene una de las mayores colecciones de material genético de tomate y parientes silvestres, clave para lograr variedades más resistentes a las enfermedades emergentes.

“Todo con un objetivo, que el tomate que llegue a nuestra mesa sea mejor, en todos los sentidos”, defendió el investigador en torno a un proyecto que se desarrollará durante los próximos cuatros años y contará con un presupuesto de 8,07 millones de euros, de los cuales 7,04 serán financiados por el programa de la UE Horizonte 2020 y el resto lo cubrirán las empresas participantes y el Gobierno de Taiwán.

(SERVIMEDIA)
23 Sep 2020
MJR/gja