Calviño explicó que el confinamiento y las restricciones por la pandemia han acelerado la digitalización y ahora, en materia educativa, lo que toca es “proporcionar lo antes posible los medios, tanto a las escuelas como a los estudiantes”.

“Hemos puesto en marcha un proceso para poder dotar de ordenadores y de medios a los estudiantes de nuestro país, sobre todo atendiendo a las familias más vulnerables. Ya se han firmado los convenios con las comunidades autónomas, que tienen las competencias en educación, y estamos acelerando todo lo posible para que en este curso ya cubramos esa brecha que existe, esa falta de infraestructuras”, apuntó en un encuentro organizado para presentar el informe “Jóvenes y expectativa tecnológica” efectuado por BBVA, Google y Fad.

Según indicó, el empeño no solo es garantizar que se dispone de ordenadores o iPad, sino también “dedicar recursos al desarrollo de las nuevas metodologías de aprendizaje” ya que toca cambiar la forma de dar las clases y también la formación de profesores.

Calviño reconoció que la brecha digital educativa diferencia por capacidad de las familias para disponer de los equipos y también tienen en cuenta “la dimensión regional”, apuntando que hay una oportunidad de desarrollarla con recurso a los fondos comunitarios que también permiten diferenciar las ayudas en atención a la riqueza relativa de las distintas comunidades autónomas.

Además, señaló que el Gobierno está “viendo y explorando” la posibilidad de tener otros instrumentos, como por ejemplo sería un bono de conectividad social para ayudar a las familias más vulnerables a tener también la conectividad.

“No se trata sólo de tener el ordenador. También hay que tener la conexión a Internet”, refirió, indicando que el programa Educa que ya se ha puesto en marcha va a incluir no sólo equipos sino también conectividad con la finalidad de garantizar que las familias pueden “afrontar este proceso”.