Salud

Personalizar el tratamiento y mejorar la funcionalidad, claves en el dolor crónico

MADRID
SERVIMEDIA

Personalizar el tratamiento y recuperar la funcionalidad son claves en el abordaje terapéutico del dolor crónico, según concluyeron los expertos durante la celebración del simposio organizado por Grünenthal en el marco de Congreso Virtual de la Sociedad Española del Dolor (SED).

El simposio, que fue coordinado por la doctora Luz Cánovas, jefa de la Unidad de Dolor del Complejo Hospitalario Universitario de Orense, llevó por título ‘Optimizando el abordaje del dolor: ¿qué hubiera pasado si…?’ y en él se hizo una revisión crítica retrospectiva de varios casos clínicos en los que la toma de decisiones podría haber sido diferente si se hubiera tenido en cuenta la funcionalidad en el abordaje del paciente.

Durante su intervención, la jefa de la Unidad de Dolor y Paliativa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán de México, la doctora Argelia Lara, aseguró que hay que “analizar de forma integral el planteamiento diagnóstico y terapéutico del dolor, teniendo en cuenta que el objetivo de las intervenciones médicas debe ser siempre lograr una mejor calidad de vida y una mejora funcional para el paciente”.

La experta se encargó de presentar una serie de escalas que se pueden incluir en la evaluación clínica, más allá de la escala del dolor, y que permiten medir otros aspectos como la calidad de vida, el desempeño funcional o el grado de ansiedad o depresión.

En este sentido, añadió que “para el paciente con dolor crónico, es importantísimo que el personal de salud tenga en mente que lo primordial, es la recuperación de la funcionalidad. Más allá de lo que diga la escala del dolor de 0 a 10, lo que el paciente busca, es moverse con libertad, tener una adecuada calidad del sueño, y un estilo de vida satisfactorio”.

PACIENTE EN EL CENTRO

Todo forma parte de una medicina centrada en el paciente y de un modelo psicosocial del cuidado de la salud “que va más allá del enfoque puramente biológico”, ya que “la génesis y el mantenimiento del dolor dependen de factores biológicos, pero hay otros” como los psicológicos o los relacionados con su entorno.

Por su parte, el jefe de la Unidad de Dolor del Hospital General Universitario de Alicante, el doctor César Margarit, señaló que ante un paciente que tiene una pérdida de funcionalidad, “lo primero es evaluar y analizar qué factores inciden en esa pérdida de funcionalidad y ver cuáles son corregibles”. Según ha enumerado, hay una serie de factores relacionados con estilo de vida como fumar o como la obesidad que influyen. También hay factores psicológicos, como pueden ser mejorar el estado cognitivo o disminuir los pensamientos catastrofistas, o factores relacionados con el ámbito familiar o el sociofamiliar. “Hay factores modificables y otros que no lo son, hay qué ver en cuáles podemos incidir para mejorar la funcionalidad”.

“La funcionalidad y su valoración deben estar incluidas en el abordaje inicial de los pacientes con dolor crónico”, resume el doctor Margarit, para quien esta valoración implica un manejo diferencial e individualizado de los pacientes. “La mejora de la funcionalidad -explica- redunda en una mejor calidad de vida y en el bienestar de los pacientes. Pero también debe ser un objetivo terapéutico”. El especialista ha incidido en que esto “permite la individualización del tratamiento y mejora los resultados de estos pacientes”.

(SERVIMEDIA)
16 Oct 2020
ABG/mjg