Así se refirió Robles en la referida reunión celebrada telemáticamente en la que apeló “al trabajo conjunto interno e internacional en la lucha contra el coronavirus” ante el que “no se puede bajar la guardia” porque la enfermedad “ha demostrado que no distingue de fronteras ni banderas”.

Tras sostener que “la Defensa debe estar hoy más que nunca al servicio de los ciudadanos”, como quedó de manifiesto en España con la ‘Operación Balmis’ y la ‘Misión Baluarte’, destacó la importancia de que “las capacidades de las que disponen las Fuerzas Armadas se preserven y actualicen como un claro valor añadido para mejorar nuestra preparación para el futuro y la resiliencia de nuestras sociedades, incluso en tiempos de paz”.

Esta reflexión le sirvió de preámbulo para incidir en la necesidad de crear un cuerpo de sanidad militar europeo susceptible de mejorar la colaboración que las Fuerzas Armadas pueden ofrecer a los países que sufren una pandemia o cualquier otro tipo de crisis sanitaria.

De este modo, Robles retomó la idea que lanzó el pasado mes de septiembre, cuando, en el marco de una rueda de prensa con la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, comentó que España, Francia y Alemania coinciden en la necesidad de establecer un cuerpo de sanidad militar a nivel europeo que se dedique a ayudar a los países que sufran una pandemia o cualquier otro tipo de crisis de salud pública.

Por su parte, defendió el multilateralismo como el mejor foro para “asegurar el apoyo mutuo” entre quienes defienden los valores del Estado de derecho y la democracia, y para “preservar un orden mundial basado en normas”.

Robles concluyó propugnando que la OTAN se erige como la plataforma en la que los aliados han de “tratar las cuestiones de interés común en el ámbito de la defensa, y acordar conjuntamente las decisiones necesarias, especialmente en todo lo relativo a la disuasión y defensa y las operaciones y misiones de gestión de crisis”.