Las necesidades de financiación del Estado se derivan del déficit de caja del Estado, de la variación neta de activos financieros y de otras necesidades especiales de financiación, e incluyen el préstamo que el Estado va a conceder a la Seguridad Social por importe de 13.838 millones de euros. En términos netos, deducidas amortizaciones, el Tesoro espera situar el endeudamiento neto en aproximadamente 110.000 millones, 10.000 millones en Letras y los 100.000 millones restantes en otros títulos.

Al igual que en los últimos años, el grueso de la emisión bruta prevista se concentrará en Letras del Tesoro y en Bonos y Obligaciones del Estado; complementado con colocaciones de otras deudas en mayor medida, fundamentalmente gracias a los préstamos procedentes de la UE.

Además, este año el Tesoro tiene previsto lanzar la primera emisión de un bono verde, para contribuir a la financiación de los compromisos de España con la transición ecológica. Serán bonos a largo plazo, asimilables al resto de referencias de la curva del Tesoro, y con volumen suficiente para dotarlos de las máximas garantías de liquidez.

En concreto prevé colocar títulos a un plazo de entre 20 y 25 años “de un tamaño similar al de cualquier otra referencia” y recurrir a una sindicación bancaria para su colocación a fin de “controlar la distribución del bono entre inversores de mayor calidad y, en este caso, de perfil verde”. Posteriormente, el Tesoro planea reabrir dicha referencia mediante subastas regulares para dotarla de mayor liquidez.

El Gobierno prevé que la cartera de deuda del Estado en circulación ascienda ligeramente la participación de las Letras del Tesoro respecto al 2019, hasta el 7,2%, y descienda marginalmente la de los Bonos y Obligaciones del Estado y otras deudas, hasta el 92,8% prosiguiendo en la estrategia del organismo de alargar la vida media de la deuda.

Los Presupuestos prevén que el saldo vivo en circulación alcance los 1,254 billones de euros frente al os 1,14 billones con que confían en cerrar el actual ejercicio. La cuantía se reparte entre 89.800 millones en emisiones en Letras, 1,108 billones millones en Bonos y Obligaciones, y 55.700 millones en otros sistemas de financiación.

VIDA MEDIA DE LA CARTERA

El Tesoro estima que la vida media de la cartera de deuda del Estado se situará en un rango de entre 74 y 7,7 años al cierre del actual ejercicio y continúe bajando el siguiente hacia una horquilla de 7,3 a 7,6 años. Con estos niveles detalla que “permiten mantener un reducido riesgo de refinanciación y, por tanto, la exposición ante una eventual subida de los tipos de interés”.

El coste medio de las emisiones efectuadas por el Tesoro Público durante 2019 se situó en el 0,23%, por debajo del 0,65% de promedio para el conjunto de 2018, y a finales de octubre de 2020 estaba en el 0,21%. Su previsión es que “se siga reduciendo el coste medio” en “la medida en que la rentabilidad de las emisiones realizadas por el Tesoro durante el año resulta inferior a la de las antiguas referencias que van venciendo”.

El plan presupuestario prevé que el valor de la deuda medido en porcentaje de PIB aumentará hasta el 118,8% este año desde el 95,5% al que finalizó el pasado ejercicio por el impacto económico de la pandemia y tras haberse reducido en 2,1 puntos porcentuales entre 2014 y 2017, un punto adicional en el año 2018 y 2,1 puntos porcentuales durante el ejercicio 2019.

Para el año 2021 se espera que la ratio de Deuda sobre PIB se reduzca hasta el 117,4% del PIB. Gracias a la notable reducción de los tipos de interés de las nuevas emisiones el peso de los gastos financieros de la deuda sobre el PIB “se ha ido reduciendo año a año a pesar del incremento de la deuda en circulación”. Para 2021 y en términos presupuestarios, espera que los intereses de la deuda asciendan a 31.675 millones de euros.