Así lo aseguró ante la Comisión Mixta para el Estudio de los Problemas de las Adicciones, para explicar las actuaciones y propuestas que se llevan a cabo desde esta asociación que aglutina a más de 200 entidades.

Poyato se refirió también al impacto que la pandemia del Covid-19 ha tenido sobre las personas más afectadas por esa lacra, a las que desde la red de UNAD ha tenido que atender “en soledad”. En este contexto, revindicó el “servicio público” que prestan estas entidades, que afrontaron el coronavirus ya afectadas por los recortes de la crisis de 2008.

“Este país puede ser un referente en Europa y en el ámbito internacional por su red de adicciones”, recalcó, subrayando que en cinco años ha atendido a 260.000 personas.

Poyato también se refirió a que, además de las nuevas adicciones con o sin sustancia, hay un perfil que sobresale en las personas a las que atiende su organización. En entrevistas con mujeres que acuden por adicciones, dijo, “la mayoría dicen que han padecido o padecen abusos sexuales”. Sobre ello, lamentó que en la red de casas de acogida para víctimas de violencia de género, cuando las mujeres llegan con problemas de drogas, sufren reticencias porque pueden “perturbar el normal desenvolvimento” en esas instalaciones.