La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, fue la encargada de anunciar esta decisión este viernes al término de la quinta edición del Foro Regional en el que se conmemoró el 25º aniversario del Proceso de Barcelona.

Durante las reuniones de este cónclave, en las que participaron delegaciones de 42 países que representan a 760 millones de personas, la inmigración fue uno de los temas destacados de los debates.

La jefa de la diplomacia española explicó que esta decisión se tomó en recuerdo y homenaje a la conferencia ministerial euromediterránea de Barcelona de 1995, ciudad “a la que quiero agradecer que nos haya acogido con la hospitalidad que le caracteriza y que contribuye a reforzar la centralidad mediterránea de Barcelona”.

González Laya explicó que España “se mantiene fiel a su vocación de liderazgo en los asuntos del Mediterráneo”, como se pone de manifiesto en el hecho de que Barcelona albergará el año que viene la sexta edición de este foro de diálogo “imprescindible entre las dos orillas para contribuir a la creación de ese gran espacio de paz, estabilidad y prosperidad que todos deseamos que sea el Mediterráneo”.

A su vez, la ministra subrayó que la mayoría de los países de la UpM coincidió en que la inmigración es una cuestión que ha de tratarse “con un enfoque global” y para la que “se impone una cooperación bilateral, pero, sobre todo, multilateral”.

Por ello, resaltó el compromiso de estos países para “reforzar nuestra determinación de luchar contra los tráficos de personas”, sin menoscabo del reconocimiento de que los beneficios de la inmigración y la movilidad “bien gestionadas”.

En la edición de este año también se abordó la lucha contra la radicalización y el extremismo violento tendentes al terrorismo, una cuestión sobre la cual González Laya apostó por trabajar con las comunidades más vulnerables ante este fenómeno.

La ministra ensalzó el “diálogo franco y constructivo” del encuentro, algo que permite “aumentar el respeto y el entendimiento mutuos” para afrontar las crisis en Siria y Libia y el proceso de paz en Oriente Medio.

Por su parte, señaló que uno de los grandes valores de la UpM es “la interrelación entre la dimensión política y su traducción práctica en proyectos concretos de cooperación regional”, como los 14 que ya se han completado, con un presupuesto total de más de 5.200 millones de euros.