Así lo destacaron varias expertas en dolor durante el diálogo online 'Humanización y calidad asistencial en la gestión del dolor crónico: el papel de las nuevas tecnologías', organizado por Servimedia y Grünenthal Pharma.

La anestesióloga y responsable de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Infanta Sofía, María Madariaga, subrayó que durante este año la pandemia "ha provocado un empeoramiento en la estrategia de atención a la cronicidad y el dolor, que ya era la hermana pobre porque los pacientes tienen que poner en evidencia que siguen con dolor y nadie entiende su situación".

Por ello, remarcó que "el dolor crónico no terminal es tan prevalente que me encantaría poder tener una estructura de atención similar a la de cuidados paliativos. Hay que aspirar a un abordaje del dolor crónico global porque se habla de muchos más casos".

ATENCIÓN AL PACIENTE

En esta idea coincidió la subdirectora general de Humanización de la Asistencia, Bioética e Información y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Paloma Casado, quien añadió que "este reto es difícil pero no imposible". De hecho, explicó que la atención sanitaria se encuentra centrada en las enfermedades pero "hay que centrarse en lo que impacta a las personas".

De hecho, "el dolor crónico les impide levantarse por la mañana. Por ello, no hay que abordar a las enfermedades sino a las personas que sufren ciertas patologías". De hecho, las unidades de dolor tienen un abordaje multidisciplinar y se intenta que haya una continuidad asistencial entre hospitalaria y Atención Primaria. Sin embargo, "hay que pensar en estrategias de humanización para pensar en lo que aportamos a las personas".

VIVIR CON EL DOLOR

Por su parte, la enfermera y patrona de la Fundación Humans Blanca Fernández-Lasquetty aportó que el paciente quiere que el dolor disminuya pero "también piden que se les enseñe a vivir con ese dolor. Hay veces que ellos mismos prefieren quitarse la medicación durante un tiempo para poder vivir la vida porque los fármacos que toman les dejan muy somnolientos".

En definitiva, puntualizó, "nos piden ser capaces de tomar las riendas de su vida y vivir con ese dolor. Por ello, sería fantástico que se hicieran esas unidades de atención al dolor".

Durante su intervención, la enfermera asistencial del Centro de Salud de Legazpi del Servicio Madrileño de Salud Manuela Monleón destacó que se apoyan en la teleasistencia. "Funcionamos con ese entrenamiento del cuidador y del paciente en el manejo diario para controlar los síntomas o ese dolor".

Por todo ello, Paloma Casado insistió en el empoderamiento del paciente. "Sería básico que el paciente estuviera formado para la gestión de su propia enfermedad. Y esto se puede hacer de forma individual o colectiva", remachó.