Según informó la Armada, el ejercicio puso de manifiesto que la integración del binomio de Guerra Naval Especial de la Armada, operadores y dotaciones de aeronaves tiene capacidad de acometer los “difíciles cometidos” que tiene asignados por su “singular adaptación” al entorno marítimo y litoral.

Durante el ejercicio se simuló el lanzamiento de la fuerza desde una Base Operativa Avanzada para interceptar al buque a decenas de millas de distancia sin otros apoyos.

La organización de este ejercicio se coordinó previamente con la Sección Cimic del Cuartel General de la Fuerza de Acción Marítima para confirmar la disponibilidad de buques civiles, de cualquier nacionalidad, interesados en participar en unas maniobras de estas características.

La Armada considera que “el grado de realismo de este tipo de colaboraciones permite a las unidades operativas de la FGNE mejorar su adiestramiento en contraterrorismo marítimo”, mientras que para los buques colaboradores “supone una oportunidad para incrementar su adiestramiento de seguridad interna ante amenazas y su grado de confianza en la resolución de situaciones de crisis ante ataques y secuestros”.