La decisión de ceder el rol más ejecutivo, que el Sabadell ha eludido confirmar o desmentir, la habría compartido el propio banquero de 71 años ante los directivos de la entidad en más de una ocasión para seguir las recomendaciones en materia de gobierno del Banco Central Europeo (BCE).

El empeño del supervisor es separar claramente la función de la presidencia en las entidades financieras de las responsabilidades ejecutivas y sobre el negocio, y se está imponiendo de manera práctica en toda Europa.

El paso atrás de Oliu coincidirá con el relevo de Guardiola, que puede abordarse esta tarde en una reunión que celebra el Consejo de Administración del Sabadell, pero no forma parte de su orden del día y deberá tratarse en un encuentro posterior del máximo órgano de gestión.

Ambos cambios se formalizarán previsiblemente el próximo año, una vez que el nombramiento del exresponsable de ING en España obtenga la pertinente autorización por parte del BCE.

Guardiola, de 63 años, se jubilará entonces y González Bueno asumiría una función de ‘número dos’ con mayores roles ejecutivos hacia el mes de febrero o marzo, conforme indica el ‘El País’.

Los cambios tienen lugar en medio del escenario de fusiones que se ha vuelto a precipitar en la banca y después de la ruptura de conversaciones del Sabadell con BBVA.

Tras el anuncio de integración entre Caixabank y Bankia, BBVA y el Sabadell desvelaron el pasado 16 de noviembre negociaciones de fusión, pero las daban por finalizadas apenas once días después por desacuerdo sobre el precio y la ecuación de canje accionarial.

Tras romper las conversaciones el Sabadell indicó que desarrollará un nuevo plan de negocio que priorizará el mercado doméstico como fórmula para incrementar la eficiencia en el uso del capital y los recursos del grupo, poniendo en escaparate los negocios en México y la filial TSB británica.