Sector financiero
Hernández de Cos asegura que el veto al dividendo en la banca no ha tenido “un impacto significativo”
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguró este jueves que el veto al pago de dividendos a la banca no ha tenido “un impacto significativo aparente, al menos en la mayor parte de los sistemas bancarios europeos”, mientras que sí ha permitido a las entidades incrementar sus colchones de capital.
Según recordó a inversores nacionales e internacionales en el ‘Spain Investors Day’, el Banco Central Europeo (BCE) impuso esta recomendación para que tuviesen mayores huchas de solvencia y pudiesen así volcarse en dar crédito a las familias, empresas y economías.
Un efecto que, según apuntó, se ha reforzado además con otras medidas de las autoridades económicas que ha permitido liberar “buena parte de los colchones macroprudenciales” y mitigar “el impacto de la pandemia en sus cuentas de resultados”.
En septiembre el BCE flexibilizó el veto al dividendo permitiendo su pago, siempre que la cuantía total a repartir entre inversores era inferior al 15% del beneficio acumulado de los ejercicios de 2019 y 2020 o no sobrepase los 20 puntos básicos de la ratio de CET1, si este importe fuera menor, según recordó.
Hernández de Cos refirió que decidió abrir la mano ante “un cierto descenso de la incertidumbre macro respecto a primavera” y al comprobar que la evolución económica coincide con los escenarios que utilizó el BCE para efectuar unos test de estrés a la banca, donde se “confirmó la capacidad de resistencia del sector bancario europeo”.
No obstante, subrayó que aún exige “un enfoque prudente” y se mantendrá hasta que en septiembre el BCE vuelva a evaluar la situación, aunque “la intención” del organismo europeo “es derogar la recomendación y volver a evaluar los planes de capital y de reparto de dividendos de las entidades según el resultado del ciclo de supervisión normal”.
Su reflexión la efectuó al hacer balance de la situación de la banca y sus principales retos. En el caso específico de la banca española afirmó que, “hasta el momento, el sistema financiero está actuando como factor mitigador -y no amplificador- del impacto de esta crisis”, gracias a que se había reforzado la solvencia y la reestructuración acometida.
Según detalló su capital ordinario Tier1 creció un 35% desde el 2007 hasta estallar la crisis de la Covid-19, la concesión del crédito se estaba haciendo con criterios “más estrictos” y el balance era más saneado por el propio desapalancamiento de la economía (entre 2010 y 2019 el ratio de endeudamiento de los hogares se ha reducido en casi un 30% del PIB, y el de las empresas en 45%).
Las pruebas de resistencia del BCE para los bancos significativos españoles y las efectuadas por el Banco de España para entidades más pequeñas muestran que resistirían con capital de entre el 8 y 16,6% promedio una crisis agravada y según el tamaño e internacionalización de la entidad, lo que constata que “han afrontado esta crisis con mayores márgenes de seguridad”.
Sin embargo, indicó que la crisis “ha impactado considerablemente en las cuentas de resultados de las empresas no financieras y en las rentas de las familias”, y eso “va a producir un aumento significativo de la tasa de dudosos" en los próximos trimestres, incluso en el escenario más benigno, instando a las entidades a continuar realizando provisiones con anticipación. Solo entre enero y septiembre han acopiado ya un 75% de provisiones más que en igual periodo del 2019 para, precisamente, encarar posibles impagos futuros.
“El mensaje que quiero trasladar es que las entidades deben persistir en esta política de anticipación del reconocimiento. Esto facilitará que, con posterioridad, puedan seguir cumpliendo con su función de proporcionar financiación a la economía”, indicó.
Por otro lado, estimó “fundamental” que “sigan profundizando en las ganancias de eficiencia, reduciendo costes y utilizando más intensamente las nuevas tecnologías” para atajar el problema de su baja rentabilidad. Aquí aseguró que “parece existir margen” para operaciones de concentración “en España y en otras jurisdicciones europeas, donde los indicadores sugieren un cierto exceso de capacidad”, siempre que sean proyectos viables y “se concreten las potenciales sinergias”.
El gobernador del Banco de España juzgó que las operaciones transnacionales europeas “serían particularmente positivas”, porque permitirían “profundizar” en la Unión Bancaria, “minorar el nexo de riesgo bancario soberano e incorporar mayores posibilidades de diversificación”, además de disponer de bases de clientes amplias y poder encarar fuertes inversiones tecnológicas.
Otros retos que mencionó para la banca es abordar el proceso de transición hacia una economía más sostenible, que obligará a valorar “correctamente” los riesgos asociados al cambio climático e incorporarlos y en la gestión de sus carteras; y hacer frente a la competencia de nuevos rivales tecnológicos.
(SERVIMEDIA)
14 Ene 2021
ECR/clc