Carlos Hernando, supervisor de guardia de los Bomberos de Madrid, explicaba que la prioridad había sido durante buena parte de la tarde controlar la fuga de gas y buscar otras posibles víctimas.

Antes de las nueve de la noche, dieron por "cerrado" el número de fallecidos, tres varones, cuyos cuerpos habían sido retirados una vez autorizado por el juez, a los que de madrugada se ha sumado una de las personas que resultó herida tras la explosión.

Una vez autoextinguido el incendio provocado por la fuga de gas, que los Bomberos no procedieron a sofocar para evitar un posible embolsamiento de gas y permitir su combustión controlada, pudieron proceder a refrigerar la zona más afectada y a sanear los elementos inestables del edificio de enfrente, que amenazaban la zona de trabajo en la calle.

Para actuar en las partes estructurales más inestables del edificio siniestrado, en sus últimas plantas, los Bomberos necesitan luz y maquinaria, por lo que procedieron a acordonar la zona para dejarla vigilada durante la noche, a la espera de poder reanudar los trabajos por la mañana.

Los vecinos de las inmediaciones que habían sido desalojados tras la explosión fueron realojados en sus domicilios, con la única excepción de los dos edificios colindantes al siniestrado, que por precaución los Bomberos prefirieron mantener desalojados por el momento, dada la inestabilidad del edificio en el que se produjo la explosión.

Según el relato de los hechos que a lo largo de la tarde facilitaron portavoces de Emergencias y Policía, las primeras llamadas alertando de la explosión se produjeron minutos antes de las tres de la tarde, y de forma inmediata comenzaron a llegar efectivos, hasta superar el centenar entre dotaciones de Bomberos, Samur-Protección Civil y Policía, que desplegó agentes especializados a la espera de poder acceder a la zona siniestrada para rastrear a posibles víctimas y determinar las causas y el origen de la explosión.

Según la información proporcionada por Emergencias, un varón de 53 años fue trasladado al Ramón y Cajal estable y con pronóstico leve, con un traumatismo craneoencefálico; a La Paz fue trasladado otro varón de 36 años con politraumatismo y pronóstico grave; al Clínico, un varón de 29 años con fractura de peroné y pronóstico reservado; otro varón de 27 años fue trasladado a la Fundación Jiménez Díaz con una herida en el tobillo. Además, en un puesto sanitario instalado en las proximidades del lugar de los hechos fueron atendidos varios heridos leves.

Pese a lo aparatoso de la explosión y a la caída de múltiples cascotes en las inmediaciones, los alumnos del colegio y los mayores de la residencia aledaños al edificio resultaron ilesos. Los mayores, una vez evacuados, fueron trasladados a residencias cercanas del mismo grupo.