Realizó esta reflexión en la clausura del IV Forbes Power Summit Women 2021, que se celebra en Madrid, un foro organizado por la revista 'Forbes' en el que también ha participado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y en la que se ha analizado, entre otros temas, los efectos de la pandemia en el liderazgo femenino de las empresas españolas, o la brecha de género en la ciencia.

La ministra Montero reconoció que la crisis sanitaria "ha roto las costuras" sociales y "ha convertido la necesidad de transformaciones profundas en una evidencia de urgente abordaje", y destacó que "los cuidados son, además de una necesidad esencial, imborrable e inaplazable incluso cuando un país está parado, un vector de desarrollo económico y prosperidad".

La conciliación no tiene que ser algo de mujeres, expresó, sino que hay que "reconceptualizar el mundo del empleo, el mundo económico, para que de partida garantice la igualdad y no esté por encima de asuntos tan esenciales, tan imprescindibles para nuestra supervivencia como especie, como son los cuidados: hacer la compra, la comida, lavar la ropa o cuidar de nuestros hijos e hijas y de las personas dependientes."

"La emergencia sanitaria, económica y social puede implicar un retroceso de décadas en los derechos de millones de mujeres. Lo escribió Simone de Beauvoir, 'bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida'. Los derechos de las mujeres, los más elementales consensos y pactos democráticos, se tambalean ante el impacto de una crisis como la que atravesamos", enfatizó la responsable de Igualdad.

En su opinión, "la igualdad no es, por desgracia, una realidad consolidada en nuestras sociedades. La igualdad, base de la democracia, se sustenta en el reconocimiento de derechos y en el acceso efectivo a los mismos por parte de todas las personas. A día de hoy, las mujeres encuentran todavía enormes barreras para el acceso efectivo a esos derechos, a pesar de haber estado siempre en primera línea para su conquista".

"Como Gobierno, nuestro reto es implementar políticas públicas feministas para transformar la sociedad. Tengo plena conciencia de que esto implica también asentar el trabajo mano a mano con el tejido científico, con la sociedad civil, y por supuesto con el mundo empresarial. Un ámbito, el de la empresa, que inevitablemente va a verse implicado en estas profundas transformaciones, y que incluso puede comprometerse con ellas y ser uno de los motores de la transición feminista que nuestra sociedad necesita", concluyó Montero.