Según informa la Asociación El Defensor del Paciente, los hechos se remontan a enero de 2008, cuando J. L. M., de 65 años de edad y vecino de Chiclana (Cádiz), acudió al Servicio de Urgencias del Hospital de Puerto Real derivado de un ambulatorio de ese municipio.

Allí le hicieron una radiografía de la rodilla, y posteriormente el facultativo que le atendió, al recibir el resultado de la placa, informó al hombre de que padecía de artrosis, le recomendó reposo y le vendó la pierna desde el muslo hasta la pantorrilla con vendas elásticas, remitiéndole nuevamente al médico de cabecera 10 días después.

Sin embargo, el paciente no pudo esperar a que transcurriera ese plazo, ya que a los nueve días acudió de nuevo al hospital porque el pie estaba amoratado y muy frío, siendo derivado al Servicio de Cirugía Vascular y Angiología del Hospital Puerta del Mar de Cádiz.

Allí le dieron el diagnóstico definitivo de que presentaba un problema circulatorio, pero le advirtieron de que gran parte de los tejidos de su pierna tenían una gran necrosis que obligaba a amputar.

La sentencia considera que en la primera visita al Hospital de Puerto Real las pruebas efectuadas son claramente insuficientes si se atiende a los síntomas del paciente y a los antecedentes del mismo en ese mismo centro, lo que desembocó en un error de diagnóstico y en un tratamiento que agravó la enfermedad del paciente.