Según informó hoy la portavoz de la OMM, Gaelle Sévenier, el objetivo de esta iniciativa es reforzar la habilidad de los países para pronosticar a tiempo y con precisión estos fenómenos, así como su observación y análisis para luego compartirlos con la comunidad internacional.

Además, la OMM advierte del “fuerte impacto” que las partículas suspendidas en la atmósfera tienen sobre la salud humana.

Así, considera que existe una “alta probabilidad” de que los casos de meningitis en África y en el continente americano estén asociados con la arena y el polvo atmosférico.

La costa oriental de Australia, incluyendo a la ciudad de Sydney, fue azotada este miércoles por una tormenta de polvo rojo y arena procedente del interior del continente.