El acusado también ha sido condenado a pagar una indemnización de 120.000 euros a la hija de la fallecida y no podrá acercarse a ella a menos de 300 metros, ni comunicarse con ella por cualquier medio durante un periodo de 25 años, al tiempo que se le prohíbe residir en las localidades de Pedrajas de San Esteban e Íscar, ambas en la provincia de Valladolid.

Además, la sentencia considera probado que el acusado acudió al lugar de trabajo con dos cuchillos de cocina y cuando vio que la mujer salía hacia el cuarto de baño la siguió y la agredió en “una ratonera”, por lo que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de escapar ni de defenderse del agresor. Por ello, sentencia que “no tuvo posibilidad de defensa frente a un ataque súbito y por sorpresa”, hecho que prueba que el asesinato se realizó con alevosía.