Su salida ha sido comunicada en la intranet de la entidad este martes coincidiendo con la reunión del Consejo de Administración, donde Goirigolzarri se ha deshecho en elogios por el esfuerzo de todos ellos en los últimos nueve años para reflotar una entidad que en el 2012 tuvo que ser nacionalizada y perdía clientes, y tras estabilizarla cerró un muy complejo 2020 con ganancias de cuota y mejoras en todos los ratios principales.

Su salida y desvinculación de la entidad la han compartido con la plantilla como una decisión “absolutamente personal”, en la convicción de que han concluido la labor para la que llegaron al banco y ahora empiezan “otra etapa ilusionante que debe liderar un nuevo equipo y en la que hay que dar cabida a otro tipo de perfiles”.

En su intervención durante el Consejo, Goirigolzarri ha puesto el acento en el dedicado esfuerzo de los directivos también para que la fusión con CaixaBank se vaya a llevar a cabo con todas las garantías de éxito, con independencia de que hayan decidido salir a su término.

"No puedo estar más que agradecido al trabajo que han realizado los cuatro, cómo se han dejado la piel por sacar adelante la entidad y cómo han ayudado a cambiar el estado anímico de los profesionales de Bankia, que ha sido la verdadera fuerza que ha permitido situar a Bankia como el más solvente de entre los grandes bancos españoles", ha expresado Goirigolzarri, lamentando su salida.

Los cuatro formaban parte del primer Comité de Dirección de Bankia junto a Goirigolzarri y, salvo Crespo, que se incorporó a la antigua Caja Madrid en el año 2010 procedente del Grupo ING España, todos llegaron para el equipo conformado por el presidente del banco en el difícil 2012 para el grupo bancario.

La incorporación de Sevilla a Bankia fue, de hecho, uno de los primeros fichajes, si no el primero, de Goirigolzarri cuando aceptó gestionar un banco en proceso de nacionalización para reparar sus graves problemas de solvencia y con fuga de clientes.

Ambos habían trabajado de forma estrecha durante años en BBVA antes de recalar en Bankia. En BBVA, Sevilla había enlazado diferentes puestos de responsabilidad entre el 1997 y el 2009. Fue miembro de su Comité de Dirección y ocupó cargos como el de director general de Riesgos o responsable del Área de Presidencia, entre otros.

En el diseño de la futura cúpula parece haberse impuesto el mayor peso de CaixaBank y el hecho de que para la integración absorberá a Bankia. Los accionistas de CaixaBank contarán con el 74,2% del capital de la nueva entidad y los de Bankia el 25,8%, siendo la participación futura del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) del 16,1%.

Con el anuncio de la fusión se detalló que la Presidencia la ejercería Goirigolzarri con responsabilidad directa sobre las áreas de Secretaría del Consejo, Comunicación Externa, Relaciones Institucionales y Auditoría Interna; y Gonzalo Cortázar mantendría el cargo de consejero delegado, como primer ejecutivo y al mando de las riendas del negocio, reportando de forma directa al Consejo.

El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, avanzó que dejaría el timón a Goirigolzarri y la entidad, pero podría encontrar encaje en algunas de las filiales del grupo como la aseguradora de Vida sin que esté aún cerrado el cambio, según fuentes financieras. Del equipo directivo de Bankia ha salido además recientemente el director financiero, Leopoldo Alvear, que ha sido fichado por el Sabadell para el nuevo equipo que está conformando su nuevo consejero delegado, César González-Bueno.

En algunos medios se apunta que el ‘número tres’ o responsable del Negocio y red de la futura CaixaBank, una vez integre Bankia, podría continuar siendo Juan Antonio Alcaraz, pudiendo quedar en la dirección financiera Matthias Bulach y en Medios Xavier Coll.