Así lo postuló en rueda de prensa en la Cámara Baja, confirmando que Unidas Podemos estará en el acto institucional de recuerdo del golpe de Estado de 1981, pero puntualizando que “no puede ser un lavado de cara del Rey emérito”, ahora investigado por presuntos delitos económicos, ni “blanquear los graves casos de corrupción”.

Además, continuó, si Juan Carlos de Borbón vuelve a España, no puede ser “para que se le hagan homenajes” por su actuación el 23-F, porque además cree que “estuvo implicado en algunas operaciones aunque al final desautorizara a Tejero”, ni para “mitificar la historia”.

Avanzando un paso más, Pisarello apuntó que el acto que celebrará el Congreso, tal y como aprobó ayer la Mesa de la Cámara, “tiene que servir para que se condene el golpismo”, pero no en abstracto ni en pasado, sino “la reivindicación neofranquista”, y que tanto el rey Felipe como su padre, si asistiera, se sumaran a dicha condena, que no han proferido nunca.

A su modo de ver, en definitiva, “no basta con que sea una condena del golpismo en general”, sino que tiene que ser “un rechazo de las amenazas golpistas que hoy existen y que no son imaginarias”.