Así lo afirmó este lunes el director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, Juan Luis Valverde, que presentó un informe sobre víctimas de accidentes de tráfico en la jornada “Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020”, celebrada en Madrid.

El estudio se basó en 1.172 personas fallecidas (855 conductores y 211 peatones), cuyos casos llegaron a los diferentes institutos de medicina legal para detectar si tenían alcohol, drogas o psicofármacos antes de morir en las carreteras.

Un 42,46% de los conductores dieron positivo al análisis toxicológico, de los cuales el alcohol estuvo presente en al menos el 73% de los casos, las drogas en un 29,48% y los psicofármacos en al menos un 19,56%.

De los que estaban frente al volante y murieron en la carretera, el 75,4% tenía entre 21 y 50 años y el 93,12% eran hombres. Además, el 76,98% de los que conducían bajo los efectos del alcohol presentaba una tasa superior a 1,2 gramos por litro en sangre, límite establecido como delito por el Código Penal.

En cuanto a los peatones, un 38,86% murió habiendo consumido recientemente alcohol, drogas o psicofármacos. El perfil de este colectivo es el de un hombre (79,27%) que había ingerido bebidas alcohólicas (62%) en un límite superior a 1,2 gramos por litro en sangre (88,23%).

Valverde subrayó que el perfil del conductor o peatón que muere en una carretera española habiendo consumido estas sustancias “no ha cambiado mucho” en la última década, si bien precisó que se ha producido “un incremento imparable” de la presencia de psicofármacos.