Ciencia

Cataluña tuvo cocodrilos y mamíferos primitivos antes de los dinosaurios

MADRID
SERVIMEDIA

El territorio de Cataluña estuvo poblado por cocodrilos y mamíferos primitivos, así como por grandes anfibios, antes de la era de los dinosaurios hace unos 240 millones de años.

Así se explica en dos artículos científicos publicados por personal investigador vinculado al Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) que describen 219 icnitas o huellas fósiles de distintos vertebrados tetrápodos e invertebrados artrópodos que vivieron en el territorio de la actual Cataluña hace unos 240 millones de años.

Estos estudios amplían el conocimiento de la fauna que vivió en lo que hoy día es Cataluña durante el Triásico Medio. Eudald Mujal, investigador del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart (Alemania) y asociado al ICP, apunta que, entonces, “el aspecto del litoral catalán era muy distinto al actual y con un clima y ambientes muy diferentes”.

"Tenemos que imaginarnos una zona costera en latitudes ecuatoriales, donde podíamos encontrar desde llanuras de inundación con pequeños canales fluviales hasta planicies de marea muy extensas y de aguas tranquilas", añade.

Gran parte de las faunas que existían entonces no tienen representantes actuales o las formas eran muy distintas a las actuales. “A partir del estudio de las icnitas podemos analizar cómo evolucionaron los ecosistemas después de la gran crisis climática y biótica a finales del Pérmico", comenta Mujal.

El periodo posterior tampoco fue demasiado tranquilo para las especies que sobrevivieron. Durante el Triásico, la subida del nivel del mar de Tetis inundó de este a oeste lo que hoy en día es Europa y el norte de África.

La investigación llevada a cabo sobre los rastros que los animales dejaron sobre el sedimento y que se han conservado hasta nuestros días ponen de relieve el extraordinario registro fósil catalán de este periodo. Se han identificado nueve morfotipos, es decir, formas distintas de huellas.

Esos morfotipos corresponden a pequeños terápsidos (precursores de los mamíferos), posibles grandes anfibios y/o precursores de las tortugas, pequeños reptiles lepidosauromorfos y/o arcosauromorfos, y grandes reptiles arcosaurios. Muchas de las icnitas están extraordinariamente bien conservadas, incluso muestran los patrones de la piel, los pulpejos de los dedos y las garras.

Recientemente se ha publicado otro artículo que describe el rastro de un xifosuro -representante de los actuales cangrejos de herradura o cacerola de las Molucas- en uno de estos yacimientos. Se trata de la evidencia más antigua de este grupo al sistema litoral catalán. Estos invertebrados con aspecto de cangrejo están más emparentados con las arañas que con los crustáceos.

HALLAZGO FORTUITO

Entre los restos descritos destaca la icnita de Puigventós (Olesa de Montserrat), extraordinariamente bien conservada y fruto del hallazgo fortuito de la excursionista Belén Muñoz, miembro del Centro Montañero y de Búsquedas Olesá (CMRO, por sus siglas en catalán), que, en un paseo por la montaña el 7 de abril de 2016, encontró una huella que parecía esculpida en la roca en una zona conocida como Puigventós y en la que se apreciaban perfectamente las garras e incluso el relieve de la piel.

La icnita de Puigventós resultó ser una impresión del pie izquierdo de un arcosaurio, un grupo primitivo de reptiles de dimensiones relativamente grandes y que se consideran antepasados de los dinosaurios y cocodrilos. El aspecto de estos arcosaurios era similar a la de los cocodrilos actuales; también caminaban a cuatro patas, pero estas eran relativamente más largas y en una posición más vertical que las de los cocodrilos.

Los arcosaurios dominaron los ecosistemas terrestres posteriores a la extinción de finales del Pérmico, también llamada ‘la gran muerte’. Sucedió poco antes de la aparición de los dinosaurios y es la más grande extinción ocurrida en la Tierra, mucho más devastadora de la que posteriormente acabó con los dinosaurios.

La icnita de Olesa de Montserrat corresponde al Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) y es una de las mejor preservadas de todas las huellas fosilizadas encontradas hasta ahora en la Península Ibérica.

El estudio concluye que las observaciones hechas en la cuenca catalana del Triásico se pueden extrapolar, por lo menos, al resto de Europa y el norte de África.

(SERVIMEDIA)
24 Feb 2021
MGR/clc