Según informó este martes la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la investigación comenzó el pasado mes de febrero cuando los agentes de la Comisaría de Fuenlabrada se percataron de un incremento de robos con fuerza en la zona y de la similitud en el "modus operandi" que utilizaban.

Los delincuentes obtenían el dinero de la recaudación de las cajas cuando los establecimientos habían cerrado su actividad al público, siempre durante la noche. En algunos casos también sustraían mercancía de los mismos que posteriormente colocaban en los mercadillos.

Un dispositivo de vigilancia y seguimientos establecido por la policía para poder identificar a los componentes de la banda y conocer el papel que desarrollaba cada uno de ellos, permitió comprobar que siempre utilizaban los mismos métodos para delinquir.

Aprovechaban la oscuridad de la noche para pasar desapercibidos y siempre actuaban encapuchados. Una vez en el lugar, forzaban la puerta de acceso con herramientas de la construcción e inutilizaban los sistemas de grabación y alarmas.

Los delincuentes estaban perfectamente organizados y planificaban todo al milímetro. Para ello, algunos de ellos realizaban labores de investigación de la empresa, y otros la visitaban los días anteriores al robo para localizar todas las medidas de seguridad, así como los lugares donde estaban las cajas fuertes y la mercancía que les pudiera interesar. En algunos casos llegaron, incluso, a vigilar a los propietarios de la empresa.

Una vez localizados todos los integrantes de la banda, los agentes establecieron el correspondiente dispositivo que dio como fruto la detención de los ochos componentes de la organización.