Lo dijo durante la inauguración del I Seminario Internacional sobre la Trata de Seres Humanos, un acto que tuvo lugar en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, y en el que estuvo acompañada por la secretaria de Estado de Exteriores, Cristina Gallach.

Mabel Lozano destacó que en el imaginario colectivo se asocia la prostitución con "mujeres que están desnudas de cuerpo", olvidando que "están despojadas de derechos", lo que le llevó a presentar este fenómeno como una suerte de "esclavitud" y como un "grandísimo negocio" que está "globalizado".

Explicó que España recibe a infinidad de mujeres procedentes de 39 países buscando un futuro mejor para sus hijas y para ellas mismas. Normalmente lo hacen, dijo, atraídas por una falsa oferta de empleo que les aboca a ser "explotadas y coaccionadas" en clubes de alterne "con la complicidad de hombres españoles y la indiferencia de miles de personas que miran para otro lado".

A su vez, lamentó que "muy pocas familias" de estas mujeres "ven lo que hay detrás de la explotación sexual", ya que ninguna de ellas regresa a su hogar y cuenta su experiencia por "miedo", por temor a que se concreten las "coacciones" y "amenazas" que sufren", por "vergüenza" o por el "estigma" que sienten.

Mabel Lozano hizo un aparte para alertar de la situación en que han quedado estas mujeres durante la pandemia, muchas de las cuales, "que antes necesitaban 10 o 20 dólares para enviar a sus familias, los han seguido necesitando". Esto le sirvió para llamar la atención ante el hecho de que los proxenetas hayan aprovechado la irrupción de esta crisis de salud pública para trasladar la prostitución de las calles a las "nuevas tecnologías", fundamentalmente las redes sociales, donde captan a las mujeres más jóvenes y atienden las necesidades "del demandante de sexo de pago".

Esta "prostitución 2.0" parte del hecho de que los jóvenes del siglo XXI son "nativos digitales" y las TIC son "su medio". Por ello, los proxenetas se camuflan en su ambiente para, a través de Instagram y TikTok, "explotar sexualmente" a las mujeres más jóvenes.

"Los proxenetas de toda la vida captan a las niñas para explotarlas en las nuevas tecnologías", advirtió Mabel Lozano, para quien se crea un círculo vicioso, ya que esa explotación afecta a "los dos lados de la pantalla": el de las jóvenes que son captadas con "ofertas magníficas de trabajo", y el de los jóvenes que "cada vez a más temprana edad llegan a la pornografía".

Mabel Lozano expuso que la prostitución "se rige por la ley de la oferta y la demanda", lo que, en el caso de España, se agrava ante el hecho de que este fenómeno está "muy normalizado". "Se dice que lo más típico de las carreteras españolas es el toro de Osborne. Lamentablemente, lo más típico en esas carreteras son los burdeles", denunció a título ilustrativo.

Señaló que España es un "país muy pudoroso en el que no se habla de la sexualidad con nuestros hijos", lo que, a su juicio, provoca que no se sea consciente de la gravedad que entraña la prostitución.

Por último, adujo que desde la óptica de la política exterior "se debería trabajar con los países de origen", ya que los dirigentes de estas naciones deben comprender que "no hay hueco para la negación", puesto que la explotación sexual es un "delito".

Por su parte, Cristina Gallach dejó claro que el Gobierno es consciente de esta realidad, por lo que profundizará en sus políticas de desarrollo la atención a las personas más vulnerables, un hecho que se suma a la reciente aportación económica al fondo fiduciario de la ONU para las víctimas de la trata de personas y a la propuesta de resolución que planteará el año próximo para reforzar el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños.