En una entrevista en Servimedia, Almeida sostuvo que “no se puede pretender confundir a la dirección nacional del PP con Luis Bárcenas” y recalcó que él ni siquiera le conoce. En ello se basó para justificar la decisión del líder de la oposición, Pablo Casado, de “no hablar” más del extesorero. “No nos corresponde”, se reafirmó.

En todo caso, sí quiso destacar que Bárcenas es “un delincuente que ha sido condenado” y que ha dado “mil versiones” sobre los mismos asuntos que están bajo investigación judicial. “Por ahora lo único claro es que tenía 40 millones en Suiza en unas cuentas. Por tanto, nosotros ya no hablamos de Bárcenas”, insistió.

Igualmente, el portavoz nacional de los populares expresó su deseo de que “se sustancie todo en el proceso judicial” correspondiente y que la sentencia llegue lo “antes posible” para que se depuren todas las responsabilidades que pudieran darse en este ámbito.

Almeida reconoció que desconoce la ubicación de la nueva sede o cuándo se materializará la mudanza, toda vez que Casado verbalizó el pasado 16 de febrero su voluntad de desprenderse de la que ha sido la casa del PP toda la vida para no seguir en un edificio cuya reforma se está investigando en los tribunales.

SIGLAS Y NUEVA SEDE

En este sentido, consideró que Casado decidió “con muy buen criterio” centralizar todo este asunto en la Secretaría General del PP que pilota Teodoro García Egea. En cuanto a si el PP se podría plantear también cambiar el nombre del partido, respondió que “lo único que no tenemos que renovar son las políticas, principios y valores que han servido a España y los españoles”.

Insistió en que “lo más importante de un partido es su bagaje político, su bagaje de Gobierno y de principios y convicciones”. “A mí eso es lo que verdaderamente me interesa del PP”, abundó. Entonces, repreguntado por si le interesa que su partido siga conservando su actual nombre, replicó que le parece que es “una denominación de éxito en la política española si lugar a dudas”.

Especificó de esta manera que no quiere decir que “haya que renovar todo lo demás” porque “al margen de los debates sobre la sede, sobre el cambio de denominación o sobre el cambio de la música del PP, desde luego lo más importante que tenemos en el PP es nuestro patrimonio político, nuestro patrimonio de gobiernos y nuestras ideas y convicciones”.

DESUNIÓN CENTRODERECHA

Sobre si ve factible la incorporación de Ciudadanos en el PP, recurrió a su advertencia recurrente de que “tres marcas electorales es fragmentación en el centroderecha” y, por ende, es “muy complicado” ofrecer una alternativa real al Gobierno actual. “Podemos hablar de la fusión, de la no fusión, de la absorción, de la no absorción”, pero de “lo que no cabe duda es que hay que construir un proyecto político en el que se puedan identificar la mayor parte de votantes del centroderecha”.

A este respecto, defendió que ese proyecto político sólo lo puede construir el PP, pues “ya lo hemos hecho” y “sabemos cómo hacerlo”. A ello sumó que en estos momentos “la capacidad que tiene Cs de alcanzar un resultado desde el punto de vista de los electores del centroderecha es más limitado” y “Vox está en un cauce ideológico estrecho que no le permite alcanzar esa mayoría”.

Se mostró así seguro de que “somos nosotros los únicos capaces de llegar tanto a los votantes de Cs como a los votantes de Vox”. Por ello, sostuvo que hay que seguir trabajando en esa alternativa en la que se pueda sentir identificado cualquier votante a la derecha del PSOE pero también los que se sienten “huérfanos de este partido sanchista”.

“Lo digo porque no sólo está en juego en estos momentos si la economía crece un poquito más, decrece un poquito menos, si el paro se va desgraciadamente más allá de los cuatro o los cinco millones, también está en juego el modelo de convivencia constitucional”, alertó el alcalde de la capital de España.

En síntesis, reivindicó al PP como “un proyecto de mayorías” a pesar de que ahora impere la fragmentación de marcas en el espacio del centro y la derecha. Para lograr este objetivo, admitió que hay que recuperar la capacidad de volver a dar motivos a los electores que en su momento les apoyaron y luego se fueron a Cs y Vox. De esta manera, opinó que “si la unión no es de partidos”, defendió que ha de ser de electores.

En cuanto al tiempo que puede pasar para lograr esta meta, Almeida recordó que Casado “lleva dos años y medio” al frente del PP “construyendo un proyecto” que se ha visto sometido a una sucesión de procesos electorales. “Y por fin tenemos un tiempo” sin elecciones, prosiguió, “y se puede uno centrar en rematar definitivamente ese proyecto político que a Casado le llevó a ser presidente del PP y a mantener que tenemos el liderazgo de la oposición”.

Rememoró que el expresidente José María Aznar en 1989 y, si lo comparamos con Casado, estaría ahora en 1991; mientras que Mariano Rajoy estaría en 2006 tras asumir las riendas de Génova en 2004. “Lo que hay que hacer no es esperar cuatro años, van a ser menos, queda un poquito menos de tres años hasta las próximas elecciones generales”, subrayó.

Por todo lo dicho estimó que Casado tiene “todo el derecho del mundo” para “poder construir ese proyecto” que se presente a los siguientes comicios generales. “Creo que tiene las credenciales suficientes para comandar este proyecto y llegar a las próximas elecciones en disposición de poder ganarlas”, remachó.