En declaraciones a los medios, los "indignados" y un abogado de la Comisión Legal explicaron que la denuncia será "contra las personas que golpearon, pero, sobre todo, contra los que dieron las instrucciones".

No obstante, recalcaron la dificultad que entraña una denuncia como esta, pues según indicaron algunos testigos, "la mayoría de los agentes no iban identificados".

Para esta tarde hay convocada una nueva asamblea en la que se concretarán las medidas que se van a tomar. Entre los asuntos a discutir, se decidirá si la denuncia se presentará a nivel colectivo o individual. Será en la madrileña Plaza de Santa Ana a las seis de la tarde, dos horas antes de una nueva marcha para "reconquistar" la Puerta de Sol.

La versión de los hechos defendida por el 15-M es muy diferente a la aportada por la Policía. Hasta ahora se hablaba de que varios manifestantes habían intentado saltar la verja del Ministerio del Interior. Según los "indignados", "únicamente se subieron dos personas para poner un cartel y en ningún momento se hizo el gesto de querer pasar la verja".

Un testigo explicó hoy que, momentos antes, uno de los manifestantes le quitó la gorra a un policía, pero inmediatamente después el resto de los asistentes le pidió que se la devolviera "porque era un trabajador normal que estaba cumpliendo con su trabajo". Sin embargo, no creen que fuera eso lo que encendió la mecha. "Cuando le devolvió la gorra, la carga ya estaba teniendo lugar", indicó.

Para el 15-M, la actuación policial de ayer "era evitable y debió haberse evitado" y por eso, además de presentar una denuncia, exigieron la dimisión de la delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Dolores Carrión, y del ministro de Interior, Antonio Camacho.