Así lo avanzó Garzón durante su intervención en un nuevo encuentro telemático organizado por Nueva Economía Fórum coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, en el que adelantó que la iniciativa consiste en la creación de un sello que acompañará al producto en su embalaje y, a su juicio, ayudará a los consumidores a tomar “mejores decisiones” en el momento de realizar su compra en un contexto de "crisis ecológica y social".

El titular de Consumo subrayó que el modelo actual, en el que “compramos, usamos y tiramos sin preocuparnos”, aboca a un “problema muy serio” provocado por un "uso excesivo de recursos y de energía por encima de los límites bio físicos del planeta”.

El objetivo de su gabinete es “incentivar” entre consumidores y fabricantes la “reparabilidad” frente a la obsolescencia como forma de reducir la huella ecológica incentivando la compra de aquellos productos que facilitan esta opción y el ministro precisó que esta propuesta se enmarca en un paquete de medidas para la promoción del consumo “sostenible”, convencido de que la humanidad tiene “una sola salud y un solo planeta”, y se suma al plan integral de consumo saludable en el que trabaja su departamento para promover hábitos “beneficiosos” para la salud.

ÍNDICE

En concreto, el ‘Índice de Reparabilidad’ consiste en una clasificación de los aparatos eléctricos y electrónicos en una escala de cero a diez puntos que se otorgan en base a cinco criterios objetivos y para calcularlo se tendrá en cuenta la documentación proporcionada por el fabricante para la reparación y la facilidad para desmontar el producto.

En el cálculo también sumará puntos la disponibilidad de piezas de repuesto, la relación entre el precio de las piezas de repuesto y del producto original, así como otros criterios específicos en función de la categoría AEE (asistencia y facilidad en el reinicio de software). Cada baremo tendrá un máximo de veinte puntos y el ‘Índice de Reparabilidad’ se calculará sumando todos los puntos y dividiendo el resultado entre diez.

Según puntualizó Consumo, serán los propios fabricantes o importadores quienes calculen el índice de los aparatos eléctricos o electrónicos que comercialicen, de acuerdo con los parámetros establecidos y las autoridades de consumo y de vigilancia de mercado serán quienes supervisen que el etiquetado es correcto.

Garzón recordó que Francia implantó este sistema en 2020, siguiendo las recomendaciones del Parlamento europeo y que España será el segundo país en implantar la medida.

En el transcurso de su intervención, defendió que esta iniciativa contribuirá a favorecer la “circularidad” de la economía y a que se generen menos residuos, menos emisiones y se reduzca la demanda de recursos naturales y aseveró que la medida persigue facilitar a los consumidores información sobre su derecho a reparar y a no tener que desechar un producto que haya dejado de funcionar pero que podría seguir siendo útil y garantizar su derecho a obtener “más transparencia” sobre el funcionamiento del mismo.

La implantación del ‘Índice de Reparabilidad’, que el ministro calificó de “índice pedagógico”, irá acompañada de acciones de sensibilización y también supone un “nuevo incentivo” para los fabricantes a la hora de innovar en el diseño más ecológico y en el desarrollo de tecnología “reparable, actualizable, sostenible y sin obsolescencia”.