Para Núñez Morgades, la atención médica, psicológica y social que recibieron los niños afectados en alguna medida por los atentados "fue la adecuada" y las actuaciones de todos los profesionales que participaron "fueron adecuadas y eficaces".

En la tragedia del 11 de marzo perdieron la vida siete menores. Un total de 97 niños y adolescentes quedaron huérfanos, cinco de ellos de padre y madre.

A punto de cumplirse un año de la tragedia, los servicios de atención psicológica siguen funcionando para muchos de los menores afectados y la comunidad está realizando una labor de campo en Madrid Sur para ver en qué situación se encuentran los niños y adolescentes que fueron atendidos entonces y ver la evolución que han seguido.

Tras el 11-M, el Defensor del Menor y el Colegio de Psicólogos de Madrid editaron una guía sobre cómo afrontar las situaciones traumáticas en la infancia. En ella se hace especial hincapié en "decir siempre la verdad", de forma que el niño lo pueda entender en función de su edad y su nivel de comprensión, así como en la necesidad de "responder siempre a sus preguntas".

"Si al cabo de cierto tiempo el niño no mejora o se aprecian cambios de humor, irritación o agresividad, habrá que pedir la ayuda a un especialista", concluye la guía.