Así lo desvela un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", que se ha basado en cuestionarios nutricionales realizados a cerca de 8.000 personas de España, según informó este martes la entidad financiera en un comunicado en el que precisó que se trata de la primera investigación de estas características en España y que también ha analizado la asociación entre la ingesta de este tipo de alimentos y bebidas con el cáncer de próstata, con el que no se halló relación, y el de mama, en el que se encontró más riesgo entre exfumadoras y fumadoras actuales.

Para ello, los investigadores llevaron a cabo un estudio de casos y controles con 7.843 personas adultas, la mitad con diagnósticos de cánceres colorrectal (1.852), de mama (1.486) o de próstata (953) y la otra mitad, personas con las mismas características, pero sin cáncer.

En el marco del proyecto MCC-Spain, se evaluó su ingesta dietética mediante un cuestionario validado que recogía la frecuencia de consumo de alimentos y bebidas durante un año y estos se clasificaron según su grado de procesamiento con la clasificación NOVA, que divide los alimentos y bebidas en cuatro grupos según su grado de procesamiento, siendo los ultraprocesados el grupo con el grado más alto.

La investigación, publicada en la revista ‘Clinical Nutrition’, concluyó que el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal y, en concreto, un 10% más de ingesta de estos alimentos y bebidas aumentaría un 11% el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

GRANDES CONSUMIDORES

La primera autora del estudio e investigadora de ISGlobal, del Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa) y del CIBEROBN, Dora Romaguera, explicó que esta relación puede explicarse, en parte, por la baja ingesta de fibra, frutas y verduras, conocidos protectores contra el cáncer colorrectal, en “grandes” consumidores de alimentos ultraprocesados, pero también por el contenido en aditivos y otras sustancias con potencial carcinogénico de este tipo de alimentos.

En cuanto a la relación con el cáncer de mama, los expertos no hallaron una asociación “robusta”, pero sí se encontró un vínculo con el grupo de personas exfumadoras y fumadoras actuales. Así, Romaguera recordó que el tabaquismo es un factor de riesgo para el cáncer de mama y se sabe que fumar en combinación con algunos factores dietéticos “pueden tener efectos sinérgicos en el desarrollo del cáncer, como podría ser el caso del consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados”.

Por lo que respecta al cáncer de próstata, no se halló un vínculo con este tipo de alimentos y bebidas, resultado que, a su juicio, “no es sorprendente y es coherente con los estudios realizados hasta ahora sobre factores dietéticos y riesgo de desarrollar este cáncer, que no han hallado asociación”.

Según el estudio, las personas que padecían cáncer de mama y colorrectal tenían dietas “menos saludables” en comparación con las personas sin cáncer que formaban parte del grupo de control en términos de la ingesta de energía, fibra, densidad energética y ácidos grasos saturados, tal y como apuntó la investigadora de ISGlobal que comparte la primera autoría del estudio, Sílvia Fernández, quien también destacó que el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados fue mayor en los casos de cáncer colorrectal y de mama, en comparación con los controles.

Los grupos de alimentos que más contribuyeron a la ingesta de alimentos ultraprocesados fueron las bebidas azucaradas (35%), los productos azucarados (19%), los alimentos listos para consumir (16%) y las carnes procesadas (12%).

La investigadora de la Subdirección de Salud Pública de Guipúzcoa que ha coordinado el estudio, Pilar Amiano, subrayó que, en general, este tipo de alimentos y bebidas no están clasificados como cancerígenos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) y admitió que “se necesita mucha más evidencia científica” al respecto.

Dados los resultados de este estudio y la actual evidencia científica sobre los riesgos de los alimentos y bebidas ultraprocesados para la salud y, en concreto para el desarrollo del cáncer, consideró que las políticas alimentarias y de salud pública, así como la IARC, “deberían tener en cuenta el procesamiento de alimentos, desaconsejando la ingesta de productos ultraprocesados”.