Así lo aseguró Fernández al intervenir esta noche en el debate de investidura del cabeza de lista de ERC, Pere Aragonès, que previsiblemente no logrará este noche la mayoría para convertir en en presidente de la Generalitat en primera votación.

El diputado del PP criticó que la sesión de este viernes pusiera de manifiesto que lo que existe tras el 14-F es una disputa entre ERC y JxCat por ver “quién manda” en el independentismo catalán, cuyo proceso separatista dijo que se ha convertido en un “bucle infinito”.

Sostuvo que Cataluña ha vuelto “a la casilla de salida” de 2015, ya que la principal consecuencia de esta nueva cita con la urnas es que esta comunidad autónoma vuelve a estar “en manos de la CUP”.

“RADICALES”, PERO NO “TONTOS”

Recordó cómo hace seis años la formación anticapitalista forzó la marcha de Artur Mas, entonces cabeza de lista de Junts pel Sí, y convirtió en presidente autonómico a Quim Torra. Destacó que, desde aquel momento, se viene demostrando que los integrantes de la candidatura que ahora encabeza Dolors Sabater son “radicales”, pero no “tontos”.

Apuntó que la CUP empuja “a delinquir” a ERC y la CUP sin que sus miembros afronten consecuencias legales, algo que hacen que sí suceda con los dos partidos mayoritarios del independentismo, que también asumen la agenda social y económica de los antisistema. Destacó que esta relación ha llevado ahora a Aragonès a firmar un pacto con la formación de Sabater que destaca por aspectos como la “humillación” de los Mossos d'Esquadra o cuestionar la propiedad privada.

Asimismo, Fernández ironizó con que la presidenta del Parlamento catalán, Laura Borràs, se haya convertido en las últimas semanas en “flamante funcionaria del Estado español”. Apuntó al respecto que “hay que ser muy 'crack'” para “llamar opresor a un Estado y conseguir una paga vitalicia” del mismo.