El Gobierno reconoce así la historia, la lengua y la cultura del pueblo gitano y hace “una llamada de atención” sobre la discriminación que, a su juicio, “aún sufren las personas gitanas” y en relación a la necesidad de promover la igualdad de oportunidades, de trato y de género, además de la no discriminación de la población gitana.

Para el Ejecutivo, el 8 de abril es una jornada dedicada a la “memoria de los siglos de persecución” que han sufrido los gitanos en España y Europa, pero también “nos recuerda la posibilidad que tiene un pueblo de estar unido en su identidad múltiple más allá de las fronteras, la diversidad de las lenguas habladas y las diferencias entre las religiones profesadas por una diáspora global de 30 millones de personas alrededor del mundo”.

En este sentido, mostró su “profundo reconocimiento” al movimiento asociativo gitano, así como a todos los avances en el ejercicio de los derechos de la población gitana y su contribución a la sociedad española, si bien reconoció la “enorme” brecha existente en diversos ámbitos entre el pueblo gitano y la sociedad en su conjunto.

“Para reducir esa brecha, los poderes públicos debemos comprometernos en reforzar políticas públicas que permitan derribar las barreras existentes y posibiliten el ejercicio de los derechos sociales de todos de una manera real y efectiva”, insistió.

ANTIGITANISMO

En paralelo, expresó su “firme compromiso” para seguir luchando contra el ‘antigitanismo’, que consideró una forma especial de racismo basado en estereotipos que buscan “perpetuar” la discriminación contra los gitanos y supone “una profunda injusticia que está impidiendo el avance del pueblo gitano”.

El Gobierno reiteró su apuesta por “reforzar” su compromiso para seguir avanzando en la inclusión de la población gitana desde la “celebración” de la diversidad y el “respeto” y la difusión de su historia, sus valores culturales y su reconocimiento y, en este sentido, impulsará políticas “efectivas” para conseguir la plena igualdad de oportunidades y de trato de la población gitana y la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

Junto a ello, pretende renovar la participación de la población gitana en todos los aspectos de la vida pública y reformar el movimiento asociativo gitano, reforzando el papel del Consejo Estatal del Pueblo Gitano y estima que la próxima Estrategia Nacional para la Igualdad, la Inclusión y la Participación de la Población Gitana “brinda la oportunidad de establecer las líneas y orientaciones políticas prioritarias que marquen la hoja de ruta a seguir en los próximos 10 años”.

Todo ello, con el fin de lograr una “mejora sustancial” de todos los indicadores que muestran la “enorme” desigualdad existente aún en la sociedad y construir una sociedad “diversa, justa y participativa, en la que no se deje a nadie atrás”.